17/09/2025
Hoy reflexionamos sobre situaciones que suceden en la vida y más aún en el ámbito laboral. Y es que nos encontramos con todo tipo de personas. Hay quienes llegan para sumar, aportar con compromiso, madurez y entrega genuina y también hay quienes, lamentablemente, no logran manejar con responsabilidad ni siquiera las más simples recomendaciones.
Cuando un empleado o empleada recibe una sugerencia, un señalamiento o una retroalimentación, la madurez emocional se mide en cómo procesa esa experiencia. Aceptar correcciones con humildad y deseo de mejorar es sinónimo de crecimiento. Pero cuando se toma lo laboral de manera personal, reaccionando con inmadurez, con ataques o con intentos de desprestigio, eso no habla del lugar donde trabaja, habla de la capacidad emocional que esa persona tiene.
Muchas veces, al contratar, confiamos en un resumé, apostando a que detrás de esas credenciales exista alguien íntegro, responsable y comprometido. Sin embargo, no siempre lo que se presenta en papel refleja la verdadera esencia. Y es en los momentos difíciles, cuando hay que hacer un señalamiento, que algunas personas dejan ver su verdadero rostro.
Nosotros como institución no somos ajenos a estas experiencias. Sí, nos ha tocado lidiar con personas que intentaron dañar nuestra imagen, que han querido desvirtuar la esencia de un hogar que lleva más de 14 años siendo sostén, refugio y familia para tantos adultos mayores. Pero ¿saben qué? Dios nunca se equivoca. Su tiempo es perfecto, y siempre nos libra de quienes no merecen estar aquí. Lo hemos visto una y otra vez: cuando alguien viene con malas intenciones, tarde o temprano sale de nuestro camino.
El Hogar Querubines es mucho más que un lugar de trabajo. Es una misión, es una vocación, es un compromiso de vida. Estamos respaldados por las agencias correspondientes, nuestras evaluaciones lo confirman, pero más aún: son nuestros residentes y sus familias quienes hablan por nosotros. Ellos, con los años de confianza depositada, son el mayor testimonio de que aquí se trabaja con amor, responsabilidad y entrega genuina.
Por eso, no permitamos que personas malintencionadas, que en algún momento formaron parte de este camino, intenten desenfocar lo que es nuestra verdadera misión. La vida está llena de encuentros con personas que suman y con personas que restan, con quienes aportan luz y con quienes buscan apagarla. Pero al final, lo único que prevalece es lo que se construye con amor, con transparencia y con compromiso.
En este hogar, seguimos firmes, de pie, con la certeza de que Dios siempre pondrá a cada persona en el lugar que le corresponde. Y nosotros, agradecidos de que durante más de una década, nos ha permitido ser un faro de esperanza, cuidado y amor para quienes más lo necesitan.
Y a ese equipo de trabajo que me ha acompañado desde el día número uno: gracias. Gracias por aceptar sugerencias, por acoger las críticas constructivas, por la madurez con la que han respondido durante todos estos años a cada señalamiento que siempre ha tenido como fin crecer y ser mejores profesionales. Porque aquí no se trata de aludir a lo personal, se trata de crecimiento. Estamos trabajando con vidas humanas, con seres cuya fragilidad no tiene precio. Y esa responsabilidad merece lo mejor de cada uno de nosotros.
Porque los cimientos de nuestro hogar están construidos con algo que nada ni nadie puede destruir: la verdad, el amor y la bendición de Dios.
Hogar Querubines marcando la diferencia en la vida de nuestros adultos mayores 🙌❤️