23/07/2024
Todos los días me despierto entregándole mi día a Dios. Oramos por nuestras pacientes y por las embarazadas para que estén en salud y felices. Quien me conoce bien, sabe que soy una apasionada de mi trabajo, porque es mi vocación, porque me encanta lo que hago y porque algún día fui paciente de alto riesgo y supe qué fue recibir indiferencia ante mi dolor y el de mi familia y a diario me esfuerzo por dar todo lo que algún día quise recibir de quienes estuvieron a cargo mío y de mi bebé.
Siempre les digo a mis estudiantes, “traten a sus pacientes como desean que los traten a ustedes y a sus familiares”. El amor es algo que debe existir en todo aquél que escoja esta difícil profesión. Es lo que te permite transmitir paz y seguridad a quienes confían en tí. Es lo que te permite dejar tus problemas en la puerta y dar tu 100% aun cuando tu mundo interior no esté en perfecto orden, porque ante todo, somos humanos.
Quien haya escogido esta profesión tiene que amar con locura lo que hace, porque además de ser una de las profesiones peores pagadas de la medicina, tienes horas interminables de trabajo, muy alto riesgo de que alguno de tus dos pacientes, mamá o bebé, se compliquen o incluso ambos a la vez. Es una profesión de mucho estrés, donde todos los días pueden suceder eventos adversos impredecibles y muchos de ellos, inevitables. Todos los días son inciertos en la vida de una embarazada, y por ende, de su obstetra. Lo más importante es que siempre seas tu mejor versión y que como médico, hagas todo lo que debes hacer, pues habrán muchas cosas que estarán fuera de tu control.
Todos los días me esfuerzo por ser mejor persona y por ser mejor profesional. Estudio a diario, aun cuando podría escoger por hacer otras cosas, pues estoy consciente que la medicina evoluciona diariamente a paso agigantado, y no podemos perder ese ritmo para no dar un paso en falso.
Trabajo con mi salud y mi bienestar personal para poder dar de eso mismo a mis pacientes y las exhorto también a mejorar en otros aspectos de su vida, incluyendo su salud física y mental. Abrazamos a diario el dolor de quienes pasan angustias o noticias tristes, porque algún día me puede tocar a mí y es importante tener empatía y respeto por el dolor de los demás.
En la medicina no se trata de ser mejor que nadie, sino de ser mejor que ayer y hacer todo por ser mejor mañana. De sentirte orgulloso del profesional que eres y saber que estás dando tu máximo.
Nunca dejamos de aprender, y todos los días existen nuevas oportunidades para mejorar. Cuando se trata de un paciente, el tiempo se detiene y todo pasa a ser segundo plano, aun los compromisos personales. En cuantas Navidades, Años Nuevos, cumpleaños, aniversarios, cenas, bodas, entre otros, he “brillado por mi ausencia” y eso duele, pero es parte de los sacrificios que nos tocan. He salido corriendo de misa, de restaurantes, hasta de algunos de los cumpleaños de mi hijo, y aunque no sea lo que deseamos, es lo que nos corresponde hacer y el deber llama, sin condiciones ni excusas. Es ahora y no luego, porque a veces, ya luego es muy tarde.
En realidad, lo más importante en la vida de un obstetra es tener la convicción de que no hubo nada que pudiste hacer mejor, lo demás, no lo podemos controlar, pues estar embarazada es un periodo de riesgo en la vida de todo paciente, aun de la más saludable. ¡Tantas cosas nos pueden suceder! y quienes lo han vivido pueden dar fe que no todo es color de rosa. Como bien dice el dicho, uno propone y Dios dispone.
Nuestra meta es hacer de este proceso uno hermoso e inolvidable, lograr que las pacientes se sientas felices y en control de su embarazo y su salud y ayudarlas a entender cada etapa de la gestación con dedicación y tiempo de calidad, contestar cada una de sus preguntas e inquietudes y respetar su autonomía haciéndolas partícipes de su proceso sin limitaciones ni imposiciones.
Es una larga travesía, un hermoso trabajo en equipo donde todos sus miembros son importantes y necesarios para alcanzar un final feliz y poder dibujar sonrisas de esas que a pesar del tiempo, no se borran y se hacen inolvidables.
Amo formar parte del libro de la vida de quienes me escogen y confían en mí. Gracias siempre.
“La única forma de hacer un gran trabajo es amar lo que haces” - Steve Jobs
Con cariño y respeto, su doctora y amiga, Carol Rivera 🥰