08/11/2022
La espina bífida es un defecto congénito que ocurre cuando la columna vertebral y la médula espinal no se forman adecuadamente. Es un tipo de anomalía congénita del tubo neural. El tubo neural es la estructura de un embrión en desarrollo que finalmente se convierte en el cerebro del bebé, la médula espinal y los tejidos que los rodean.
Normalmente, el tubo neural se forma en el principio del embarazo y se cierra 28 días después de la concepción. En los bebés con espina bífida, una porción del tubo neural no se cierra ni se desarrolla apropiadamente, lo que provoca problemas en la médula espinal y en los huesos de la columna vertebral.
La espina bífida puede variar de leve a grave, de acuerdo con el tipo de defecto, el tamaño, la ubicación y las complicaciones. Cuando es necesario, el tratamiento temprano de la espina bífida implica cirugía, aunque no siempre resuelve completamente el problema.
Tipos:
Existen diferentes tipos de espina bífida: la espina bífida oculta, el mielomeningocele o el tipo muy poco frecuente de meningocele.
Espina bífida oculta:
Oculta significa escondida. Es el tipo más leve y más común. La espina bífida oculta produce una pequeña separación o espacio en uno o más de los huesos de la columna vertebral (vértebras). Muchas personas que tienen espina bífida oculta ni siquiera lo saben, a menos que la afección se descubra durante una prueba por imágenes que se realiza por motivos no relacionados.
Mielomeningocele:
El mielomeningocele, también conocido como espina bífida abierta, es el tipo más grave. El canal medular está abierto a lo largo de varias vértebras en la parte baja o media de la espalda. Las membranas y los nervios raquídeos empujan a través de esta abertura en el nacimiento y forman un s**o en la espalda del bebé en el que normalmente los tejidos y nervios quedan expuestos. Esto hace que el bebé sea propenso a sufrir infecciones potencialmente mortales, y también es posible que cause parálisis y disfunción de la vejiga y el intestino.
Por lo general, el mielomeningocele se diagnostica antes o inmediatamente después del nacimiento, cuando se dispone de atención médica. Los niños a quienes se les diagnostica esta afección deben recibir seguimiento de un equipo especializado de proveedores de atención médica durante toda su vida. Las familias deben recibir información sobre las diferentes complicaciones a las que hay que prestar atención.
Los niños con espina bífida oculta no suelen tener ningún síntoma o complicación, así que, por lo general, solo se requiere atención pediátrica de rutina.
Aunque los médicos e investigadores no saben con seguridad por qué ocurre la espina bífida, han identificado algunos factores de riesgo:
• Deficiencia de folato. El folato, la forma natural de la vitamina B-9, es importante para el desarrollo de un bebé sano. La forma sintética, que se encuentra en los suplementos y alimentos fortificados, se llama ácido fólico. La deficiencia de folato aumenta el riesgo de espina bífida y otros defectos del tubo neural.
• Antecedentes familiares de defectos del tubo neural. Las parejas que hayan tenido un hijo con un defecto del tubo neural tienen una probabilidad ligeramente mayor de tener otro bebé con el mismo defecto. Ese riesgo aumenta si la afección ya se presentó anteriormente en dos hijos. Además, las mujeres que nacieron con un defecto del tubo neural tienen una mayor probabilidad de dar a luz a un niño con espina bífida que aquellas que no tienen un defecto del tubo neural. Sin embargo, la mayoría de los bebés con espina bífida nacen de padres sin antecedentes familiares de esta afección que se conozcan.
• Algunos medicamentos. Por ejemplo, los medicamentos anticonvulsivos, como el ácido valproico, parecen causar defectos del tubo neural cuando se toman durante el embarazo. Esto puede suceder porque interfieren con la capacidad del cuerpo para usar el folato y el ácido fólico.
• Diabetes. Las mujeres con diabetes cuya glucosa en la sangre no está bien controlada tienen un mayor riesgo de tener un bebé con espina bífida.
• Obesidad. La obesidad antes del embarazo está asociada con un mayor riesgo de defectos congénitos del tubo neural, incluida la espina bífida.
• Aumento de la temperatura corporal. Algunas pruebas indican que el aumento de la temperatura corporal (hipertermia) en las primeras semanas del embarazo puede aumentar el riesgo de espina bífida. Los aumentos de la temperatura corporal del torso, debidos a la fiebre o al uso de un sauna o whirlpool bath, se han asociado con un riesgo ligeramente mayor de espina bífida.
Complicaciones:
• Problemas para caminar y moverse.
• Complicaciones ortopédicas.
• Problemas del intestino y la vejiga.
• Acumulación de líquido en el cerebro (hidrocefalia).
• Mal funcionamiento de la derivación.
• Dolores de cabeza
• Vómitos
• Somnolencia
• Irritabilidad
• Hinchazón o enrojecimiento a lo largo de la derivación
• Desorientación
• Cambios en los ojos (mirada fija hacia abajo)
• Dificultad para alimentarse
• Convulsiones
• Malformación de Chiari de tipo II
• Infección en los tejidos que rodean el cerebro (meningitis).
• Médula espinal anclada..
• Respiración alterada durante el sueño
• Problemas de la piel.
• Alergia al látex.
• Otras complicaciones.
El ácido fólico, si se toma en forma de suplemento a partir de, por lo menos, un mes antes de la concepción y durante el primer trimestre del embarazo, reduce en gran medida el riesgo de espina bífida y otros defectos del tubo neural.