05/09/2025
Ayer, mientras atendía a una de mis clientes, ésta me contó algo que me dejó en shock.😲
Cada mañana, en su casa hacían lo mismo:
Smoothies de frutas frescas, avena, leche vegetal y un toque de miel.
Lo licuaban con cariño, convencidos de que se estaban cuidando.
Era su ritual de salud en familia.
Pero lo que parecía amor y bienestar… terminó enfermándolos.
Primero fue su hija, luego su esposo, y después ella:
Dolores abdominales, vómitos, diarreas, fiebres leves.
Los médicos decían: “un virus, nada grave”.
Pero la historia se repetía. Una y otra vez.😫
Hasta que un día, desesperada, decidió desarmar la licuadora.
¡Y ahí estaba la respuesta!
Restos de fruta podrida, manchas en la goma, olores rancios escondidos en las cuchillas.
No era la fruta.
Era el descuido.
Cada batido, hecho con amor, en realidad era una dosis de bacterias peligrosas.
Ese día aprendió que la salud no solo está en lo que comes, sino también en cómo limpias lo que usas para prepararlo.
Por eso hoy te dejo este recordatorio sencillo pero vital:
✅ Desarma tu licuadora cada vez.
✅ Retira la goma y limpia a fondo.
✅ Usa cepillos finos, agua caliente y jabón.
✅ No te confíes en lo que “parece” limpio.
Porque el amor también está en los detalles invisibles.
Y cuidar la salud comienza en la cocina. 🍃✨
¿Te ha pasado algo como esto?
¿Desmontas tu licuadora después de cada uso? Cuéntanos en los comentarios.
🔔 Aviso: Esta historia está basada en un caso real con fines educativos. No reemplaza la valoración médica. Ante cualquier síntoma, consulta siempre con un profesional de la salud.