02/04/2015
Su Bacteria Intestinal Afecta su Función Cerebral, Confirma un Estudio
Por el Dr. Mercola
Las bacterias, los hongos, los virus y otros microrganismos que componen la flora intestinal de su cuerpo en realidad superan al número de sus células en 10 a 1 y cada vez se vuelve más claro que estos pequeños organismo desempeñan un papel SUMAMENTE importante en su salud - tanto física como mental.
El impacto que tiene la microflora en su función cerebral ha vuelto a ser confirmado por los investigadores de la UCLA, quienes por medio de un estudio de prueba de concepto, encontró que los probióticos (bacterias benéficas) alteraron la función cerebral en los participantes.
Como lo reportó la UCLA:1
“Los investigadores han sabido que el cerebro manda señales a su intestino, que es la razón por la que el estrés y otras emociones pueden contribuir con los síntomas gastrointestinales. Este estudio demuestra lo que se sospechaba pero que hasta ahora no había sido probado únicamente en estudios en animales: que las señales también viajan en sentido contrario.”
Una y otra vez, hemos escuchado de los pacientes que nunca se habían sentido deprimidos o ansiosos hasta que comenzaron a experimentar problemas con su intestino,” dijo la Dra. Kirsten Tillisch. “Nuestro estudio demuestra que la relación entre el intestino y el cerebro es un calle de dos vías.”
El estudio publicado en la revista Gastroenterology2, afirma que el descubrimiento “tiene implicaciones significativas para las investigaciones futuras que podrían señalar el camino para mejorar la función cerebral por medio de intervenciones alimenticias o de medicamentos.” Naturalmente, le recomiendo apegarse a los cambios alimenticios y no esperar que algún tipo de “medicamento milagroso” haga el trabajo por usted…
Sí, Su Alimentación Afecta su Función Cerebral
El estudio incluyó a 36 mujeres entre 18 y 55 años de edad y fueron divididas en tres grupos:
El grupo de tratamiento comió yogurt que contenía muchos probióticos que tienen un impacto benéfico en la salud intestinal, dos veces al día durante un mes
Otro grupo comió un producto “falso” que parecía y sabía igual al yogurt pero que no contenía probióticos
El grupo de control no comió ningún producto
Antes y después del estudio de cuatro semanas de duración, las participantes fueron sometidas a pruebas de resonancia magnética funcional (fMRI), tanto en estado de reposo como en respuesta a una “tarea de reconocimiento de emociones”. En este último, a las mujeres se les mostraron una serie de imágenes de personas con rostros enojados o asustados, que tenían unir con otras caras mostrando las mismas emociones.
“Esta tarea, diseñada para medir el uso de las regiones cognitivas y afectivas del cerebro en respuesta a estímulos visuales, fue elegida porque investigaciones previas en animales había relacionado los cambios en la flora intestinal con cambios en los comportamientos afectivos,” explica la UCLA.
Curiosamente, comparándolo con el grupo de control, las mujeres que consumieron yogurt con probióticos tuvieron un aumento de actividad en las dos regiones cerebrales que controlan el procesamiento central de las emociones y la sensación.
La corteza insular (insula), que desempeña un papel en funciones comúnmente relacionadas con las emociones (incluyendo la percepción, control motor, autoconciencia y experiencias interpersonales) y la regulación de la homeostasis del cuerpo
La corteza somatosensorial, que desempeña un papel en la capacidad del cuerpo para interpretar una gran variedad de sensaciones
Durante la exploración del cerebro en reposo, el grupo de tratamiento también mostró una mayor conectividad entre una región conocida como “sustancia gris periacueductal” y las áreas de la corteza prefrontal relacionada con la cognición. En contraste, el grupo de control mostró una mayor conectividad entre la sustancia gris periacueductal y las regiones relacionadas con las emociones y la sensación.
De acuerdo con la UCLA:
“Los investigadores quedaron sorprendidos al descubrir que el efecto cerebral podría verse en muchas áreas, incluyendo las áreas involucradas con el procesamiento sensorial y no únicamente las relacionadas con las emociones”, dice Tillisch…
Hay estudios que demuestran que lo que comemos puede alterar la composición y los productos de la flora intestinal- en particular, en personas con alimentaciones ricas en vegetales y fibra, que tienen una composición de su microbiota diferente, o medio ambiente intestinal, en comparación con las personas que llevan una alimentación más occidental, rica en grasas y carbohidratos,” dijo el autor principal, el Dr. Emeran Mayer. “Ahora sabemos que esto tiene un efecto no sólo en el metabolismo sino que también afecta la función cerebral.”
Lo que realmente me sorprendió es que este estudio no demostró ninguna mejora en absoluto, dado a que utilizaron yogurt comercial que obviamente son alimentos menos saludables porque contienen endulzantes artificiales, colorantes, saborizantes y azúcar. Lo más importante es que la gran mayoría prácticamente tenían niveles clínicamente insignificantes de bacterias benéficas. Claramente, lo mejor es que usted haga su propio yogurt utilizando leche cruda.
Su Intestino Podría Ser la Clave para una Mejor Salud Cerebral
Probablemente no esté al tanto de que en realidad tiene dos sistemas nerviosos:
El sistema nervioso central, compuesto por el cerebro y la médula espinal
El sistema nervioso entérico, que es el sistema nervioso intrínseco de sus tracto gastrointestinal
Ambos son creados del mismo tejido durante el desarrollo fetal- una parte se convierte en el sistema nervioso central mientras que otra se transforma en su sistema nervioso entérico. Estos dos sistemas están conectados por el nervio vago, el décimo nervio craneal que va desde su tronco encefálico hasta debajo de su abdomen. Actualmente está bien establecido que el nervio vago es la ruta principal que utiliza la bacteria intestinal para transmitir información a su cerebro.
Aunque muchos pensarían que el cerebro es el órgano a cargo, en realidad el intestino envía más información al cerebro que el cerebro al intestino…Para poner esto en términos más concretos, probablemente haya experimentado la sensación visceral de mariposas en el estómago cuando se pone nervioso o ha tenido problemas estomacales cuando hace un gran coraje o se estresa mucho. Esto es algo muy cierto, los problemas en el intestino pueden impactar directamente en su salud mental, provocando problemas como la ansiedad y la depresión.
Por ejemplo, en diciembre del 2011, el Journal of Neurogastroenterology and Motility3, reportó el novedoso hallazgo de que los probióticos (las bacterias buenas) conocidos como Bifidobacterium longum NCC3001 había ayudado a normalizar comportamientos como la ansiedad en ratones con colitis infecciosa. Otra investigación4 también encontró que el probiótico Lactobacillus rhamnosus tuvo un efecto marcado en los niveles GABA (neurotransmisores inhibidores que están relacionados con la regulación de muchos procesos fisiológicos y psicológicos) en ciertas regiones del cerebro y disminuyó la hormona corticosterona inducida por el estrés, dando como resultado una disminución del comportamiento de ansiedad y depresión.
Así como tiene neuronas en el cerebro, también tiene neuronas en su intestino- incluyendo neuronas que producen neurotransmisores como la serótina, que se encuentra en su cerebro. De hecho, la mayor concentración de serótina, que está relacionada con el control del estado de ánimo, depresión y agresión, se encuentra en sus intestinos, no en su cerebro. Es muy posible que esta podría ser la razón por la que los antidepresivos que aumentan los niveles de serótina en el cerebro, muchas veces no sirven para tratar la depresión, mientras que muchas veces los cambios alimenticios si logran un cambio…
Sus Microbios Intestinales Pueden Afectar su Salud de Muchas Maneras
En los últimos años, se ha vuelto cada vez más claro el hecho que los microbios en su intestino desempeñan un papel mucho más vital en su salud de lo que se creía posible. De hecho, los probióticos, junto con muchos otros microorganismos, son sumamente cruciales para su salud que incluso los investigadores los han comparado con “un nuevo órgano no reconocido”. Además de las investigaciones que implican a las bacterias intestinales con la salud mental y el comportamiento, otras investigaciones han demostrado que la microbiota también tiene un impacto en:
Función del sistema inmunológico: El biólogo Sarkis Mazmanian5 cree que las bacterias pueden entrenar a su sistema inmunológico para distinguir entre los microbios “extraños” y los que son originados en su cuerpo. Su trabajo se basa en nuevas terapias utilizando probióticos para tratar una variedad de enfermedades, particularmente enfermedades autoinmunes como la esclerosis múltiple y el Alzheimer.
Mazmanian y sus colegas recientemente fueron reconocidos por la Fundación McArthur “Genius Grant” por identificar organismo originados en el cuerpo humano (a diferencia de los alimentos fermentados) que han demostrado tener beneficios de salud tanto en células animales como humanas. El organismo ha sido llamado Bacteroides fragillis y se encuentra en un 15-20 por ciento de los humanos. Su grupo espera que un día puedan ser capaces de hacer pruebas clínicas en humanos de esta bacteria que se origina en el cuerpo.
Expresión genética: Los investigadores han descubierto que la ausencia o la presencia de los microorganismo intestinales durante la infancia alteran permanentemente la expresión genética. Por medio de los perfiles genéticos, fueron capaces de discernir que la ausencia de bacterias intestinales alteró los genes y las vías de señalización relacionadas con el aprendizaje, memoria y control motor.
Esto sugiere que las bacterias intestinales están estrechamente relacionadas con el desarrollo cerebral temprano y por consecuencia con el comportamiento. Estos cambios de comportamiento pueden ser revertidos siempre y cuando el ratón fuera expuesto a microrganismos normales en sus primeros años de vida. Pero una vez que el ratón libre de gérmenes había llegado a la edad adulta, colonizarlos con bacterias no tuvo ninguna influencia en su comportamiento.
De forma similar, se ha descubierto que los probióticos influyen en la actividad de miles de genes, ayudándolos a expresarse de forma positiva y combatiendo enfermedades.
Diabetes: Las poblaciones bacterianas en el intestino de los diabéticos6 son diferentes a las de las personas sin diabetes, de acuerdo con un estudio en Dinamarca. En particular, los diabéticos tuvieron menos Firmicutes y mucho más Bacteroidetes y Proteobacteria, en comparación con los no diabéticos. El estudio también encontró una correlación positiva en la relación entre los Bacteroidetes y Firmicutes y la reducción de la tolerancia a la glucosa. Los investigadores concluyeron:
“Los resultados de este estudio indican que la diabetes tipo 2 en seres humanos está relacionada con cambios en la composición de la microbiota intestinal.”
Obesidad: La composición de las bacterias intestinales tiende a ser diferente entre las personas delgadas y las personas obesas. Esta es una de las áreas más estudiadas de los probióticos hasta la fecha y puede leer muchos estudios sobre el tema aquí. La conclusión es que la restauración de su flora intestinal debería ser una consideración importante si usted tiene problemas de peso.
Autismo: El establecimiento de una flora intestinal normal en los primeros días de vida, desempeña un papel sumamente importante en la maduración adecuada del sistema inmunológico del bebé. Por lo tanto, los bebés que desarrollan una flora intestinal anormal dejan comprometido su sistema inmunológico y se ponen en riesgo de desarrollar trastornos como el TDAH, discapacidades de aprendizaje y autismo, en particular si son vacunados antes de restaurar el balance de su flora intestinal.
Para obtener un entendimiento solido de cómo funciona esta conexión, le recomiendo mucho que revise la información compartida por la Dra. Natasha Campbell-McBride en está entrevista previa.
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