27/05/2025
En una oportunidad en un reportaje dije que hay gente que mata por amor. Eso despertó a mucha gente una agresión hacia mi persona en el sentido de “como un psiquiatra va a decir eso” hay que sacarle la matrícula” y cosas por el estilo.
Nadie, salvo en el círculo de profesionales más cercano, dijo una sola palabra a mi favor. Ocurre que el abordaje de los sentimientos humanos es una tarea muy difícil, y se necesitan ciertos conocimientos muy abstractos para ello. Por otro lado dichos sentimientos son muy complejos .
En psicología, la idea de que el amor y el odio son sentimientos cercanos, o "el anverso y el reverso de la misma moneda", se entiende desde varias perspectivas:
Ambivalencia Afectiva
Uno de los conceptos clave es la ambivalencia afectiva, que se refiere a la experiencia de sentir emociones opuestas (como amor y odio, o atracción y rechazo) hacia una misma persona, objeto o situación al mismo tiempo. Es algo más común de lo que parece, especialmente en relaciones íntimas y significativas:
* Relaciones Cercanas: En la pareja, la familia o amistades profundas, es habitual amar profundamente a alguien y, al mismo tiempo, sentir frustración, enojo o resentimiento por ciertos comportamientos o defectos. La convivencia, las expectativas no cumplidas o los conflictos pueden generar esta mezcla de emociones.
* Complejidad Humana: Los seres humanos no somos máquinas programadas para sentir una sola emoción a la vez. La ambivalencia afectiva refleja la complejidad de nuestra vida emocional y la riqueza de nuestras interacciones. No es una señal de "falla", sino una parte normal de la experiencia humana.
Perspectiva Psicodinámica (Freud)
Sigmund Freud fue uno de los primeros en explorar la estrecha relación entre el amor y el odio. Para él:
* Origen Primitivo: El odio, como relación con el objeto, es considerado más antiguo que el amor. Surge de la repulsa primordial que el yo narcisista opone al mundo exterior que genera displacer.
* Transformación: Freud observó cómo el odio puede transformarse en amor y viceversa, o cómo pueden coexistir (la ambivalencia). Señaló que en los vínculos humanos, el odio no solo acompaña al amor con regularidad inesperada, sino que a menudo es su precursor.
* Lacan: Retomando esta idea, Jacques Lacan acuñó el neologismo "hainamouration" para resaltar ese punto vital donde el amor y el odio son reversibles y se entrelazan.
Neurociencia
Investigaciones en neurociencia han encontrado similitudes sorprendentes en la actividad cerebral asociada al amor romántico y al odio:
* Circuitos Cerebrales Compartidos: Estudios con escáneres cerebrales han demostrado que ciertas regiones del cerebro, como partes de la corteza y la subcorteza, se activan tanto en situaciones de amor romántico como cuando se experimentan sentimientos profundos de odio. Esto sugiere que, a nivel biológico, ambas emociones comparten un circuito neuronal común.
* Pasiones Poderosas: Tanto el amor como el odio son pasiones extremadamente poderosas que pueden llevar a comportamientos irracionales o extremos, sean heroicos o destructivos. Aunque el amor a menudo se asocia con la "ceguera" y el odio con la necesidad de mantener el juicio, la intensidad y la capacidad de movilización que ambos generan son notables.
De la Atracción a la Repulsión
La cercanía entre el amor y el odio también puede entenderse en el contexto de la intensidad de la conexión. Cuando hay una conexión emocional profunda, sea positiva o negativa, la persona involucrada es significativa.
* Inversión Emocional: Para odiar intensamente a alguien, generalmente ha habido una inversión emocional previa. Es difícil odiar a alguien que nos es indiferente. A menudo, el odio surge cuando el amor es frustrado, traicionado o cuando una relación significativa termina en dolor.
* Expectativas Incumplidas: En el amor, se depositan muchas esperanzas y expectativas. Cuando estas no se cumplen, o cuando hay un daño emocional significativo, el amor puede transformarse en un profundo resentimiento o incluso odio, porque la vulnerabilidad y la confianza depositadas se vieron rotas.
En resumen, la psicología explica que el amor y el odio están intrínsecamente conectados por la intensidad del vínculo emocional que establecen con una persona u objeto. Ambos sentimientos nos movilizan poderosamente y, en ocasiones, pueden coexistir o transformarse el uno en el otro, mostrando la complejidad y dinamismo de la psique humana.
Hay estudios de criminólogos de primer nivel así como series, películas y documentales sobre “amores que matan”.