
13/06/2025
En las escuelas y colegios ya no se debería celebrar el Día del Padre o el Día de la Madre como si todos los niños tuvieran una familia “tradicional”. Porque la realidad golpea todos los días cuando van al consultorio: niños criados por abuelas, abuelos, tías, hermanos mayores, incluso vecinas solidarias. Niños que no saben lo que es tener una madre o un padre presente. Niños con ausencias que duelen.
Vivimos en un país donde se dice ser "pro familia", pero muy pocas familias son funcionales y la mayoría lucha en soledad.
Madres que crían solas. Padres que aparecen una vez al mes. Hogares desbordados por la violencia, el abandono o la migración forzada.
Lastimosamente muchos quieren tener hijos, pero después los abandonan.
Desaparecen. No llaman. No preguntan.
Por eso urge un cambio cultural. No más actos escolares que excluyen, que hieren, que visibilizan lo que falta. Es hora de que celebremos el Día de la Familia, donde quien acompaña, cuida y ama tenga su lugar, sin etiquetas ni moldes.
No se trata de borrar el amor de una mamá o un papá, se trata de no olvidar a todos los que también sostienen, aunque nadie los nombre.
Incentivemos esa cultura en nuestras aulas. Una que abrace, no que divida. Que refleje lo que somos como sociedad y que respete la realidad emocional de nuestros niños.