El Diván de Lic Raúl Fernando, Psicológo

El Diván de Lic Raúl Fernando, Psicológo Consultorio Psicológico Integral.

Ansiedad y cerebro: ¿Cómo afecta? Seguramente todos, a lo largo de nuestra vida, hemos sentido hormigueos en el estómago...
14/09/2025

Ansiedad y cerebro: ¿Cómo afecta?

Seguramente todos, a lo largo de nuestra vida, hemos sentido hormigueos en el estómago, temblores, tensión o un ritmo cardíaco excesivo. Estos síntomas corresponden a un concepto del que habremos oído hablar, y que tiene un papel crucial en el cerebro. Esta sensación, a pesar de ser desagradable, por sí misma no es patológica y, de hecho, cumple una función adaptativa. Sin embargo, esto en el largo plazo puede cambiar. Cuando afecta de un modo desmedido e interrumpe en las actividades diarias, ya no cumple tal función. De esta forma, puede generar problemas de salud física, mental y una disminución de nuestro rendimiento. Dando paso a entidades clínicas como las fobias, el trastorno de ansiedad generalizada o ataques de pánico, entre otros. Veamos los efectos de la ansiedad en el cerebro.

Diferencia entre estrés y ansiedad
Empecemos por definir y distinguir el estrés de la ansiedad. El primero es el resultado de la incapacidad de la persona frente a las demandas del ambiente. Por otro lado, la ansiedad hace referencia a una reacción emocional frente a una amenaza manifestada a nivel cognitivo, fisiológico, motor y emocional (Brion et al., 2014).

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La ansiedad, el miedo y el estrés, a pesar de sus diferencias, no son términos muy distintos entre sí. Y es que, están muy relacionados en cuanto a los diversos neurocircuitos (como por ejemplo el sistema neuroendocrino) que participan en la respuesta del organismo frente al impacto del estrés y la ansiedad (Mah et al., 2016).

Áreas cerebrales implicadas
Para entender cómo afecta la ansiedad en el cerebro es importante conocer las zonas cerebrales que gestionan dicho proceso. Los estudios realizados muestran que no existe una región única y específica encargada de la integración de la ansiedad. Ni tampoco un sistema de neurotransmisión exclusivo.

Sin embargo, existe un gran número de centros nerviosos que participan en la producción y modulación de la ansiedad en el cerebro. Estas son, en su mayoría, zonas que forman parte del sistema límbico. Se encuentran implicadas diferentes zonas cerebrales como la amígdala, ínsula, cuerpo estriado ventral, hipotálamo, regiones ventrales de la corteza cingulada anterior y de la corteza prefrontal. Específicamente, la zona ventromedial y corteza orbitofrontal.

La importancia del hipocampo y la amígdala
Nos centraremos en dos zonas, la amígdala y el hipocampo. Esta primera es una estructura localizada en el lóbulo temporal relacionada con la supervivencia y el miedo. Es decir, si nos encontrásemos ante factores externos que pudieran suponer una amenaza, la amígdala se activaría para indicarnos que hemos de alejarnos de esa amenaza y así, incrementar las posibilidades de supervivencia (Feinstein et al., 2011).

Sumado a esto, también estaría relacionada con las respuestas emocionales y el reconocimiento de las expresiones faciales. Teniendo un claro papel en la formación y recuperación de recuerdos que están relacionados con el miedo (Martín et al., 2010).

Así mismo, la amígdala recibe la entrada de otras estructuras como el hipotálamo, tálamo e hipocampo. Este último, importante en la consolidación de la memoria y el aprendizaje, tiene la función de almacenar los sucesos peligrosos en forma de recuerdos para poder evitarlos en situaciones futuras.

Activación de otras áreas en el sistema de defensa
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El sistema de defensa del cuerpo, complejo y crucial, pues involucra la activación de varias áreas:

Núcleo parabraquial: Aumenta la frecuencia respiratoria.
Núcleo reticulopontino de la formación reticular: Provoca respuestas de sobresalto.
Núcleo motor dorsal del vago: Genera sensaciones urinarias y defecatorias, incrementa la tensión arterial y las pulsaciones cardíacas.
Núcleos del lecho de la estría terminal: Parte de la amígdala extendida y fundamental en la respuesta al estrés y la ansiedad sostenida, su activación libera CRF, la hormona del estrés.
¿Que ocurriría si no tuviéramos amígdala?
Podríamos preguntarnos: ¿Qué pasaría si no tuviéramos amígdala? ¿La respuesta de ansiedad desaparecería? Lo cierto es que, si esta zona tan importante para dicha respuesta estuviera dañada, habría una disminución de la ansiedad.

Mismamente, el caso del síndrome de Klüver-Bucy es un trastorno de la conducta donde existe una alteración de los lóbulos temporales mediales, afectando a la amígdala. Por ende, en dicha afectación todas las funciones que tiene la amígdala están mermadas. Sin embargo, el hecho de que se redujera la ansiedad al mínimo no es tan beneficioso como podría parecer.

Ansiedad como función adaptativa
La ansiedad tiene como propósito evolutivo facilitar a los seres humanos y otras especies a sobrevivir y enfrentar situaciones de peligro o estrés. En términos simples, es una respuesta natural del cuerpo ante una percepción de amenaza o peligro, y está diseñada para movilizar recursos y preparar al individuo para hacer frente a la situación desafiante.

Como mencionamos anteriormente, cuando una persona experimenta ansiedad, su cuerpo activa una serie de respuestas fisiológicas y psicológicas destinadas a protegerla. Estas respuestas incluyen un aumento en la frecuencia cardíaca y la respiración, la liberación de hormonas como el cortisol (la hormona del estrés), y un aumento en la vigilancia y la atención hacia el entorno.

Efectos negativos de la ansiedad
Cuando hablamos de ansiedad y cerebro, un área crucial es el córtex prefrontal, la cual se encarga de regular las emociones. Ante la ansiedad, esta área se encuentra hipoactiva, lo que genera que la regulación de las emociones no se lleve a cabo del modo correcto y los efectos de la ansiedad se prolonguen. Además, es importante destacar que sufre un deterioro en su funcionamiento ante la ansiedad crónica.

Por otro lado, las investigaciones constatan que las personas con un trastorno de ansiedad presentan una amígdala hiperactiva, es decir, en continua activación, procesando cualquier estímulo como amenazante. Todo ello, sumado al desequilibrio de alguno neurotransmisores involucrados en el proceso, da como resultado que la persona que lo sufre se encuentre en un bucle de ansiedad, del que le es extremadamente difícil salir. Para aprender más sobre este cuadro y sus bases neuropsicológicas, te recomendamos nuestro curso en ansiedad.

Impacto de la ansiedad en el cuerpo
Como mencionamos anteriormente, la ansiedad es una respuesta natural del cerebro ante situaciones estresantes o desafiantes, pero cuando se vuelve crónica o excesiva, puede tener un impacto significativo en la salud física y mental. A continuación, haremos mención de cómo la ansiedad afecta al cuerpo, desde el sistema nervioso hasta el sistema inmunológico.

Problemas de garganta: El estrés puede provocar ronquera como resultado de los espasmos musculares en la garganta, causando rigidez y sequedad.
Tensión muscular: Sin dudas, la ansiedad puede causar efectos como presión y dolor en los músculos, llevando a dolores de cabeza y migrañas tensionales.
Problemas cardiovasculares: El estrés crónico, por su parte, aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas debido al aumento de la presión arterial y el ritmo cardíaco.
Problemas inmunológicos: Asimismo, la ansiedad crónica puede debilitar el sistema inmunitario, aumentando la susceptibilidad a resfriados e infecciones.
Problemas digestivos: La ansiedad también es una respuesta que puede afectar la absorción de nutrientes, causando hinchazón, diarrea, y cambios de peso.
Insomnio: Por otro lado, el estrés altera la producción de cortisol, lo que al afectar los biorritmos y dificultar el sueño, produce insomnio.
Disfunción sexual: La ansiedad crónica puede disminuir el deseo sexual y afectar la fertilidad.
Estas son solo algunas razones por las que es importante aprender a manejar la ansiedad para cuidar tanto la salud física como psicológica. En el próximo punto haremos hincapié en las consecuencias a largo plazo que pueden tener estos síntomas en el bienestar general.

El daño de la ansiedad en el cerebro
Estudios realizados demuestran que el estrés y la ansiedad, cuando se prolongan en el tiempo, no solo tienen efectos en el momento en el que aparecen, sino que también existe un efecto a largo plazo que genera efectos dañinos para el cerebro. Tal es la gravedad, que puede conllevar un aumento del riesgo de desarrollar desórdenes neuropsiquiátricos.

Hombre Cansado Mirando En El Espejo En El Baño.
Algunos de estos desórdenes son la depresión y la demencia (entre las más frecuentes la enfermedad de Alzheimer y demencias vasculares). Así, diversas investigaciones concluyen que una respuesta de ansiedad desmedida puede dar paso al envejecimiento de las células cerebrales y cambios en el sistema nervioso central, vinculándose también con un mayor riesgo de deterioro cognitivo leve.

Genética y ansiedad
La predisposición genética a los trastornos de ansiedad ha sido objeto de estudio en la investigación científica. Según ha observado Dueñas Amaya, L. J. (2019), los factores genéticos parecen influir en el desarrollo de este tipo de trastornos como por ejemplo el de pánico, la agorafobia y el trastorno de estrés postraumático. Además, la heredabilidad de los trastornos de ansiedad varía según el tipo de trastorno. Por ejemplo, se estima que es del 30% para el trastorno de ansiedad generalizada, las fobias simples y el trastorno de estrés postraumático, mientras que para los trastornos de pánico se estima en un 48%. Además, cabe señalar síndrome de Tourette, el cual es un trastorno neurológico también altamente hereditario que se caracteriza por tener una ansiedad comórbida, múltiples tics motores y, al menos, un tic vocal.

Es importante destacar que la genética no actúa de forma aislada en la predisposición a la ansiedad. Los factores ambientales también desempeñan un papel crucial en la expresión de los genes relacionados con la ansiedad. Por lo tanto, la interacción entre la predisposición genética y los factores ambientales puede determinar en gran medida la manifestación y severidad de los trastornos de ansiedad en un individuo, así como también la forma de tratamiento.

¿La ansiedad se puede prevenir?
Actualmente, existen diversas estrategias y enfoques que pueden ayudar a prevenir o reducir la los efectos de la ansiedad. En este sentido, las técnicas de tratamiento más habituales ante trastornos de ansiedad son aquellas tanto cognitivas, farmacológicas y centradas en la conducta, como incluso las que se orientan a la relajación y meditación. Por otra parte, se ha destacado el papel del ejercicio físico y la importancia de un estilo de vida saludable. Evitando el consumo de dr**as o sustancias que puedan favorecer su aparición (cafeína, teína, anfetaminas…).

Resulta fundamental destacar que, con el tratamiento adecuado, se puede aumentar la neurogénesis (nacimiento de nuevas neuronas) del hipocampo, normalizar la actividad funcional de la amígdala y del córtex prefrontal. Sin embargo, debido a que cada trastorno de ansiedad es distinto, el tratamiento consecuente también lo será, por lo que deberá adaptarse a la persona y los síntomas que esta manifieste.

Conclusión
La ansiedad es una emoción normal que todos hemos sentido alguna vez. Un mecanismo adaptativo que nos permite poder actuar ante una amenaza. Nos protege. Sin embargo, cuando persiste, se intensifica y se torna incontrolable, empieza a considerarse patológica. Casos como estos han empezado a incrementarse exponencialmente en los últimos años.

El papel de la ansiedad y sus efectos en el cerebro están confirmados. Un aumento da paso a anormalidades en el funcionamiento de diversas áreas, especialmente en el sistema nervioso autónomo. Lo que puede dar lugar a numerosos trastornos, entre ellos, afecciones cardiovasculares y alteraciones psicosomáticas. Por ende, tener en cuenta, ser conscientes de esta emoción y saber los efectos de la ansiedad es clave para su control. Siendo de reconocida e importante utilidad, por supuesto, las herramientas psicoterapéuticas.

El sistema límbico y las emociones A lo largo de la historia nos hemos preguntado cómo funcionan tanto las emociones com...
14/09/2025

El sistema límbico y las emociones

A lo largo de la historia nos hemos preguntado cómo funcionan tanto las emociones como los recuerdos. El sistema límbico, un conjunto de estructuras en nuestro cerebro entre las que se encuentra la amígdala, ha captado la atención de la comunidad científica por su gran influencia en dichas cuestiones. Este complejo sistema desempeña un papel crucial en la regulación de nuestras respuestas emocionales, así como también en la conducta, memoria, motivación y otras funciones. De hecho, podría decirse que es el motor que impulsa la capacidad que tenemos para experimentar y procesar el mundo que nos rodea. En esta nota exploraremos en detalle el sistema límbico, su funcionamiento e influencia en la vida cotidiana.

Antes que nada… ¿Qué es el sistema límbico?
La palabra “límbico”, del latín, significa “borde” o “margen”. Antiguamente, se utilizaba la expresión “sistema límbico” para hacer alusión al grupo de estructuras que se encuentran en la zona límite entre la corteza cerebral y el hipotálamo. A pesar de tal concepción, actualmente se concibe el sistema como un conjunto de estructuras cerebrales interconectadas que desempeñan un papel fundamental en funciones relacionadas con las emociones, la memoria, el aprendizaje, motivación y el comportamiento. Estas estructuras incluyen la amígdala, el hipocampo, hipotálamo, giro cingulado y cuerpo calloso, entre otras.

De esta manera, se configura como una red neural crucial para nuestra experiencia emocional y cognitiva. Influyendo tanto en cómo percibimos y procesamos las experiencias, y la forma en que respondemos al entorno y las propias emociones.

Explorando las estructuras que conforman al sistema
Antes de comenzar a indagar sobre las estructuras que lo conforman, cabe destacar que el sistema límbico no es una región anatómicamente exacta del encéfalo. Se trata de una red de neuronas distribuidas por el cerebro que se agrupan debido a la función que cumplen. No obstante, es posible identificar algunas estructuras específicas del cerebro claves en la compleja red de conexiones que constituyen el sistema límbico, como por ejemplo, la amígdala.

Amígdala
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La amígdala tiene un papel fundamental en el procesamiento de las emociones y la memoria emocional. Se encuentra en el lóbulo temporal del cerebro y está involucrada en la regulación de respuestas emocionales como el miedo, agresión, placer y ansiedad.

Dicha estructura es la encargada de evaluar y asignar significado emocional a estímulos sensoriales. De este modo, influye en la formación de recuerdos emocionales y la toma de decisiones basadas en experiencias previas. Además, gracias a su interacción con otras áreas del cerebro, como la corteza prefrontal y el hipocampo, la amígdala permite la adaptación a diferentes contextos, como ocurre por ejemplo en la activación de respuestas de lucha o huida en situaciones de peligro.

Hipocampo
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Una estructura cerebral en forma de caballito de mar ubicada en el lóbulo temporal del cerebro. Esta región es crucial en la formación y consolidación de la memoria, especialmente en la memoria a corto y largo plazo, así como en la navegación espacial y la orientación.

A su vez, participa en la regulación de las emociones y en la respuesta al estrés. Interactuando estrechamente con otras regiones cerebrales para mantener un equilibrio emocional y una respuesta al estrés adecuada.

Hipotálamo
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Una zona pequeña que se encuentra en la base del cerebro, debajo del tálamo y encima de la glándula pituitaria. Dentro de sus funciones se encuentra la regulación de funciones vitales como la homeostasis, el control hormonal, la temperatura corporal, el hambre, sed, sueño, comportamiento sexual y respuestas emocionales.

Entre otras grandes funciones, el hipotálamo está implicado a su vez en la respuesta emocional y en la integración de las señales sensoriales con las respuestas motoras y autonómicas. Además, también influye en la regulación del ritmo circadiano, el control del apetito y la saciedad, así como en la respuesta al estrés. De este modo, se torna fundamental para la supervivencia y el mantenimiento del equilibrio interno del organismo.

Giro cingulado
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El giro cingulado o circunvolución del cíngulo se ubica en la corteza cerebral y rodea al cuerpo calloso. Como parte de sus funciones, se encuentran la regulación de las respuestas afectivas, la memoria, toma de decisiones y empatía. De esta manera, forma parte de la integración de la información emocional y cognitiva, permitiendo la conexión entre las áreas cerebrales responsables de procesar las emociones y las relacionadas con la cognición.

Con lo anterior, el giro cingulado se ha asociado con la autorregulación emocional, la resolución de conflictos, percepción de la empatía y atención selectiva. Por lo que contribuye en la capacidad para procesar y regular las respuestas emocionales de manera adecuada en diversas situaciones.

Recordemos que…
Estas estructuras son solamente algunas en las que predominan las redes neuronales que integran al sistema límbico. Sin embargo, no son las únicas. Pues existen diversas áreas que también se encuentran relacionadas con dicho sistema de estructuras como, por ejemplo, la corteza orbito frontal. Sea como fuere, conocer algunas de las regiones que integran el sistema límbico nos permite comprender mejor su estructura y sus principales funciones.

Comprendiendo las funciones del sistema límbico
Como mencionamos en párrafos anteriores, el sistema límbico despliega una amplia gama de funciones en el cerebro humano. En este sentido, nos encontramos con:

Participación en los procesos de memoria: Tanto en la formación como en la recuperación de recuerdos, especialmente aquellos de naturaleza emocional y de largo plazo.
Contribuye significativamente a funciones cognitivas: Entre ellas destacan el aprendizaje, la toma de decisiones, resolución de problemas y atención selectiva, integrando experiencias emocionales y cognitivas para facilitar la adaptación y el aprendizaje.
Influye en la búsqueda de gratificación: Está estrechamente relacionado con los mecanismos de motivación, las conductas adictivas y procesos de recompensa en el cerebro.
Contribuye a la adaptación al entorno circundante: Por último, el sistema límbico participa en la regulación de los estados de alerta, impactando en la atención y la respuesta a estímulos del entorno
Pero… ¿Qué relación mantiene el sistema límbico con nuestras emociones?
Por un lado, el sistema límbico participa en la generación y modulación de las respuestas emocionales. Es decir, que permite a las personas experimentar y expresar emociones. Del mismo modo, contribuye a la capacidad de gestionarlas para adaptarse a las circunstancias y mantener el equilibrio emocional. Esto es fundamental para el bienestar y la interacción social, pues permite responder de manera apropiada a estímulos emocionales, tanto positivos como negativos.

Por otro lado, también se encarga de evaluar los estímulos emocionales presentes en el entorno, procesando la información emocional y asignando significado a las experiencias emocionales. Esta evaluación de estímulos emocionales es imprescindible para la toma de decisiones, la adaptación al entorno y la interacción con los otros.

Conclusión
Comprender el sistema límbico no solo brinda conocimientos sobre cómo funcionan nuestras emociones y recuerdos, sino que también nos ayuda a apreciar la complejidad y la maravilla del cerebro humano en su totalidad. Es una ventana hacia nuestro mundo interno, donde se entrelazan la emoción, la memoria y el comportamiento debido a estructuras tales como la amígdala, el hipocampo, hipotálamo, entre otras que ya hemos mencionado.

A su vez, en palabras de Torres et al. (2015): “el hombre es un ser esencialmente emocional que logra a través de los filtros emocionales de su cerebro poder llevar a cabo los procesos cotidianos de la vida”. Finalmente, podemos afirmar que investigar sobre los procesos emocionales de los seres humanos es una forma de conocer nuestra esencia y cotidianeidad.

He olvidado ser una mamá feliz….El otro día mi hermana me dijo:—Diviértete con tus hijos.Y yo pensé:—Ya ni sé cómo hacer...
14/09/2025

He olvidado ser una mamá feliz….

El otro día mi hermana me dijo:

—Diviértete con tus hijos.

Y yo pensé:

—Ya ni sé cómo hacerlo…

Sólo escribirlo, me hace que se me llenen los ojos de lágrimas…

Porque sé perfectamente ser la mamá ocupada.

La que resuelve con ingenio y pasa de una urgencia a otra.

He dominado el arte de hacer de cenar, consolar a un niño que llora porque su hermano le quitó el juguete y hacer que la casa se vea suficientemente limpia y decente a pesar de los miles de juguetes regados, en cinco minutos.

Soy buenísima para encontrar regalos de último momento o para improvisar pasteles de cumpleaños con mantecadas Bimbo.

Puedo prevenir, tal clarividente, posibles accidentes de mi bebé gateador antes de que sucedan.

He dominado con gracia el contar hasta diez para no gritarles (tanto) a mis hijos cuando me sacan de quicio.

Y hasta he logrado evolucionar en una especie humana superior que sobrevive con 4 horas y medio de sueño cada noche.

¿Pero divertirme? ¿Reírme? ¿Pasarle bien? ¿ Ser la mamá feliz y divertida?

A veces temo que eso lo he perdido por completo entre el trabajo y el estrés…

Porque a veces, cuando trato de sentarme en el piso a jugar con ellos o de poner música para ponernos todos a bailar, mi mente vuela en cuestión de segundos a lo que voy a hacer de cenar, o que se está haciendo muy tarde y estos niños aún no se bañan, etc, etc, etc.

Y veces me siento culpable.

Culpable por no estar más presente, reírme más, divertirme o no hacer todas las cosas geniales que creo que mis hijos merecen. Por decirles que tan sólo me esperen 15 minutos más para poder mandar ese mail que tengo mandar y luego cuando pasen esos 15 minutos, decirles que necesito 30 más…

Quiero ser la mamá feliz y divertida.

Pero ser mamá es difícil. Es tanta la presión de mamá y a veces no la hablamos.

A veces solo tenemos que reconocer que hay temporadas en nuestra vida que son solo trabajo duro y la maternidad es uno de ellos. Especialmente aquellos años en que tus hijos son menores de cinco años.

Y no me estoy quejando, pero creo que es justo y necesario hablarlo y reconocerlo.

Quiero volver a ser feliz…

Así que he decidido todos los días hacer algo que me haga feliz. Una cosa.

Tal vez sea pasar treinta minutos viendo Facebook. Tal vez sea viendo una hora diaria de Orange is the New Black. Tal vez es la decisión de jugar ese juego con mis hijos y realmente jugarlo. Tal vez es una cena de vino y amigas.

Repitan conmigo: Voy a hacer una cosa que me haga feliz todos los días.

Pero sobre todo es recordar. Y te recomiendo que tú tampoco lo olvides: no debo ser tan dura conmigo misma. Soy una gran mamá, incluso en los momentos difíciles.

Carta a mi hija: quiero que estas palabras queden grabadas en tu memoriaEstás creciendo tan rápido que tengo decirte y d...
14/09/2025

Carta a mi hija: quiero que estas palabras queden grabadas en tu memoria

Estás creciendo tan rápido que tengo decirte y demostrarte lo importante que eres para mí, todo lo que te amo.

Necesito que estés consciente de todo lo que significas en la vida, no sólo para mí y tu papá, sino también para todo el mundo. Y por eso te dedico las siguientes palabras:

Querida hija:

Deseo que no pases tu vida esperando a ser rescatada, no hay nada más satisfactorio que ser rescatada por ti misma. Deseo que nunca temas reírte en alto.

Deseo que aprendas a amar cuando te sientas lista, no cuando te sientas sola.

Deseo que nunca escondas tus opiniones. Habla y habla fuerte. Tú mereces ser escuchada.
Deseo que ames tu cuerpo y te sientas orgullosa de él. Que el “qué dirán” nunca corte tus alas.

Deseo que aunque sea una vez, sientas un amor de esos que estremecen los huesos y hacen ver el mundo de color rosa. Pero que recuerdes que es a ti a quien debes amar primero.

Deseo que toda la vida te sientas amada y que nunca olvides que tienes un hogar en el que siempre eres esperada y bienvenida.

Querida hija, esto es lo que deseo de todo corazón para ti...😍😉👧😍😉👧

Que los niños se parezcan al papá tiene grandes beneficios para ellos, según estudioDe acuerdo con un estudio, cuando lo...
14/09/2025

Que los niños se parezcan al papá tiene grandes beneficios para ellos, según estudio

De acuerdo con un estudio, cuando los bebés se parecen más al papá, tendrán mayores beneficios en su salud.
Cuando nuestros hijos se parecen al papá, sentimos que es un poco injusto el hecho de que después de 9 meses de tenerlos en nuestro vientre, no tengan ni las uñas del pie como nosotras.

Pero no te preocupes, esto le traerá muchos beneficios a tu hijo de acuerdo con un estudio que realizó la Universidad de Binghamton y que fue publicado en la revista Journal of Health Economics.

Los bebés que se parecen más a sus papás tienden a pasar más tiempo de calidad con ellos, por lo que, terminan siendo más sanos al cumplir su primer año.

Los investigadores llegaron a estas conclusiones gracias a la teoría de que los bebés que se parecen a sus papás generen en ellos el instinto de cuidarlos, supervisarlos y recopilar información sobre ellos para atender sus necesidades e involucrarse en la crianza.

“Cuando los papás se involucran en la crianza de sus hijos se ve reflejado en la salud de los pequeños”, dice Solomon Polachek, lider del estudio.
Pero antes de pensar que los papás no se involucran si los bebés no se parecen a ellos, hay que entender cómo fue la investigación, pues se realizó entre papás e hijos que no vivían en la misma casa.

El equipo de investigadores analizó la interacción que tenían los papás y bebés que vivían separados. El resultado fue que los papás que tenían hijos muy parecidos a ellos, pasaban 2.5 días más al mes con sus hijos en comparación con los que no tenían más parecido.

Por lo que los bebés que estaban más conectados a sus papás y los cuales estaban más involucrados en su crianza, visitaron con menos frecuencia al doctor por emergencias médicas y presentaron menos probabilidades de sufrir asma y enfermedades de acuerdo al estudio.

Pero esto no se trata únicamente de si los hijos se parecen a ellos o no, la importancia que hay detrás de este estudio, además del dato curioso de que el parecido hace que los hombres se enganchen mejor, es que el tiempo de calidad entre padre e hijo tiene más beneficios de lo que pensamos para ellos, desde su salud, hasta el desarrollo de sus habilidades y su futuro escolar.

Los experimentos con humanos durante el n**ismoPerturbados como el Dr. Mengele experimentaron con personas durante la ép...
14/09/2025

Los experimentos con humanos durante el n**ismo

Perturbados como el Dr. Mengele experimentaron con personas durante la época del III Reich.

El Tercer Reich tuvo lugar entre 1933 y 1945 en Alemania, con la llegada al poder del Partido Nacionalsocialista Alemán de los Trabajadores. Su líder incuestionable, uno de los personajes históricos de más trágico recuerdo: Adolf Hi**er.

Experimentos con seres humanos en el n**ismo
Durante ese lapso histórico se produjeron hechos que marcarían la historia, como la Segunda Guerra Mundial, así como la persecución y el exterminio de comunistas, judíos, homosexuales y gitanos.

Una de las facetas más desconocidas pero igualmente macabras del periodo histórico de la Alemania n**i es, sin duda, los experimentos que realizaron los médicos del régimen con personas humanas como víctimas. Comparando los experimentos psicológicos más inmorales de la historia con las investigaciones del doctor Mengele, uno se da cuenta que el experimento de la Prisión de Stanford fue, prácticamente, un juego de niños.

La sociedad actual valora a los médicos como aquellas personas que se especializan en sanar a las personas, evitarles dolor, y procurar por su bienestar y su salud. No obstante, durante los años del n**ismo los médicos desempeñaron otras funciones. Muchos médicos e investigadores estuvieron implicados en experimentos realizados en los campos de concentración. Un total de 15 de los 23 médicos acusados de haber perpetrado estos horribles experimentos fueron declarados culpables durante los juicios de la Alemania posterior al Tercer Reich.

Hipotermia y congelación
El estudio de la congelación en humanos se realizó con el objetivo de simular las condiciones que padecían los militares en el Frente del Este. Gran parte del ejército fallecía a causa de las bajísimas temperaturas, o a causa de patologías asociadas a éstas, como la gripe o la pulmonía. El experimento con humanos suponía la base científica para predecir mejor la reacción de los cuerpos ante el frío y poder emplear algunas variables para hacer más resistentes a los soldados ante esas condiciones.

Las investigaciones fueron comandadas por el doctor Sigmund Rascher en los campos de Auschwitz, Birkenau y Dachau. En el año 1942, Rascher expuso los resultados en una conferencia. De una parte, mostraba el tiempo necesario para que un cuerpo humano se congelase hasta el fallecimiento, y por otra, se estudiaban métodos de reanimación para estos casos.

Los conejillos de indias de estos experimentos inhumanos fueron jóvenes rusos y judíos. Colocaban a cada una de las víctimas en barriles de agua congelada o se les dejaba completamente desnudos a la intemperie sufriendo temperaturas de congelación. Su temperatura corporal se medía mediante una sonda colocada en el recto. La mayor parte de jóvenes moría al situarse su temperatura corporal por debajo de los 26 grados centígrados.

Además, llegado el momento en que perdían el conocimiento y se encontraban al borde de la muerte, los investigadores realizaron diferentes experimentos para tratar de reanimarlos. Estos intentos de resucitación causaban un gran sufrimiento en los sujetos, a quienes se mantenía al borde del colapso durante largos e interminables minutos. Se les situaba debajo de lámparas de rayos ultravioletas que abrasaban la piel, o se les irrigaba agua hirviendo en el interior del cuerpo, práctica que hacía aparecer ampollas, o se les colocaba en tinas de agua que se iba calentando progresivamente.

Quemaduras con químicos
El campo de Buchenwald también fue escenario de investigaciones espantosas. Se quemaba con fósforo a prisioneros, principalmente gitanos, para estudiar las consecuencias de algunos compuestos químicos en el cuerpo humano.

Pruebas con alta presión a grandes alturas
Probablemente uno de los experimentos más brutales fue el realizado por Sigmund Rascher, el mismo médico que fue artífice de las investigaciones de hipotermia antes explicadas. Himmler, dirigente de las SS, alentó a Rascher para que investigara la conducta humana en condiciones extremas de presión atmosférica. Quiso indagar sobre la altura máxima a la que los soldados paracaidistas y los pilotos de los aviones militares podían saltar al vacío sin padecer daños.

De los más de dos cientos sujetos que participaron en las pruebas de Rascher, setenta fallecieron.

Cuando fue llevado delante de los tribunales por los aliados después de la guerra, una de las investigaciones más macabras salió a la luz. Un informe daba fe de las anotaciones de Rascher, donde se relataba el caso de un judío de 37 años que fue obligado a tirarse desde una altura de 12.000 metros. Después del tercer salto desde esa altura, sufrió una agonía y murió al cabo de pocos minutos.

Experimentos genéticos
El triunfo de la raza aria era uno de los principales objetivos de los n**is. La raza aria, sin embargo, es un concepto pseudocientífico que usó la propaganda n**i para establecer las bases de una sociedad en que esta falsa procedencia étnica marcara la criba entre lo humano y lo inhumano. Desde el n**ismo, los arios, popularmente descritos como rubios, con ojos azules y de complexión atlética, debían erigirse como la raza pura que dominaría el planeta. Las personas que no cumplían estos rasgos, poco más que debían ser eliminados. Las leyes que regulaban el matrimonio se encaminaron a investigar la procedencia racial y determinar su pureza.

En los campos de concentración se realizaron múltiples investigaciones en el campo de la genética con el fin de perfeccionar la raza y comprender la naturaleza de los defectos genéticos. Los experimentos más célebres fueron los llevados a cabo por el doctor Josef Mengele, que tuvieron como víctimas a gitanos y hermanos gemelos.

El apodado como “Ángel de la Muerte” escogía a los sujetos que serían investigados apenas se apeaban del tren cuando llegaban al campo de AusImagenchwitz, basándose en ciertos defectos físicos o rarezas que pudieran interesarle.

Mengele recibía el apoyo intelectual del Instituto Káiser Guillermo de Antropología, Eugenesia y Genética en Dahlem, y enviaba los reportes de sus investigaciones al doctor Von Verschuer, quien desde la Universidad de Frankfurt le tutorizaba desde su profundo conocimiento en el campo de la genética de gemelos.

Con los hermanos gemelos que usaba para sus estudios, Josef Mengele los estudiaba durante unas semanas, y cuando les había sometido a las pruebas pertinentes, les administraba una inyección letal de cloroformo directa al corazón.

Otras pruebas espeluznantes
En las lúgubres dependencias de los campos de concentración se efectuaban otras investigaciones y pruebas de una violencia inusitada: torturas durante los interrogatorios, administración de inyecciones que contenían virus a humanos, esterilización forzosa y estudio para el avance en técnicas quirúrgicas.

Sin ir más lejos, el doctor Kurt Heissmeyer fue el artífice en la administración de inyecciones infectadas de tuberculosis a los presos del campo de concentración de Neungamme. Algunos de estos reos también fueron expuestos a gas fosgeno con el fin de realizar investigaciones para hallar un antídoto para la intoxicación, pues el gas fosgeno había sido utilizado como arma biológica durante la II Guerra Mundial.

Los prisioneros víctimas de investigaciones fueron también mutilados para después probar de trasplantar las extremidades en otro preso, también mutilado. El objetivo era descubrir si era posible el trasplante de brazos o piernas, pero la metodología empleada fue terriblemente cruel, y los pocos presos que no fallecieron quedaron mutilados. El experimento no logró ningún resultado concluyente.

Otra macabra idea fue surgida del médico Hans Eppinger, quien andaba intentando descubrir un modo de potabilizar el agua marina. Mantuvo a varios gitanos privados de comida y agua, y les obligó a beber, únicamente, agua de mar. Como resultado, gran parte de los gitanos desarrollaron patologías severas.

En los campos de concentración eran habituales los envenenamientos mediante inyecciones o mediante la ingesta de comida. También se experimentó con la inseminación in vitro en mujeres, llegándose a extender la idea de que se les había inyectado es***ma de diferentes animales para crear un monstruo.

Reflexiones éticas
Estos experimentos llevados a cabo durante el n**ismo plantearon en lo sucesivo decisivas reflexiones de lo que debía ser la experimentación con humanos y sus límites éticos. La barbarie pertrechada por doctores como Mengele o Heissmeyer son un infausto recuerdo de la sinrazón que llevó a decenas de miles de víctimas a ser torturadas en nombre de una ciencia desprovista de cualquier ética.

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