23/12/2023
EL EMBARAZO DE LA VIRGEN MARÍA, QUE ELLA NO TENÍA PLANEADO, NOS TRAJO LA SALVACIÓN A TODOS.
En otras páginas muchos ya han visto la imagen de esta publicación y han reaccionado diciendo que el embarazo sí fue planeado, que Dios lo tenía planeado desde el principio. Pero en ninguna parte se está negando ese hecho. Si tan solo leyeran con calma, verían y entenderían que es la Virgen María la que no tenía ese embarazo en sus planes. De ella es quien estamos hablando en este artículo. Cuando decimos que un embarazo no planeado nos trajo la salvación, nos referimos a los planes humanos, no a los divinos.
«Si no tengo relaciones sexuales con un hombre, ¿cómo voy a quedar embarazada?» Esa fue la pregunta que nuestra Madre Celestial le hizo al ángel, en San Lucas 1,34. La pregunta la hace una mujer desposada, que será la legítima esposa de un varón, San José, y aun así ella hace esa pregunta desconcertante. Es más que obvio que ella, aun estando casada, no tenía planes de dejar de ser virgen, por ende, no tenía planes de ser madre.
Otros se escandalizan ante las dos palabras, "no planeado", como si esas palabras tuvieran una connotación inmoral. Un embarazo no planeado es simplemente el que se da de forma repentina, sin buscarlo, sin haberlo incluido en una agenda o en un plan de vida. Justamente esa fue la clase de embarazo que la Virgen María tuvo que acomodar en su plan de vida. Ella había planeado mantenerse virgen, incluso estando casada, con lo cual nunca tendría hijos. Dios le da a conocer que ella es la escogida, la Llena de Gracia, la que nació para ser la Madre de Dios. Y ella, dando un tremendo ejemplo de obediencia, desecha su plan y se declara la esclava del Señor (San Lucas 1,38).
Tal vez algunos dirán que, sabiendo que se trata del Hijo de Dios, se hace más sencillo apegarse a un nuevo plan. Pero veamos que en aquel tiempo la Virgen María estaba solo desposada. Los desposorios eran el primer paso, para luego darse el matrimonio. No eran dos eventos que se sucedían rápidamente, de manera que la Virgen ya iba a estar notablemente embarazada para cuando se diera el matrimonio.
San José, facultado por la ley de Moisés, podía repudiarla, en público, con lo cual ella habría sido mu**ta a pedradas. Incluso si San José la hubiera repudiado en privado, tal como lo había pensado, a fin de evitarle una muerte segura, la Virgen María habría tenido serios problemas para sobrevivir con un bebé. Probablemente habría tenido que huir de Judea, a fin de evitar ser mu**ta a pedradas. Y luego habría tenido muchas dificultades para conseguir techo y sustento para ella y para su hijo. Entonces vemos que no era algo en donde todo era ganancia. Muy al contrario, se trataba de una situación de altísimo riesgo, con todo lo del mundo en su contra. Declararse la esclava del Señor fue, además de un ejemplo de obediencia, un acto de suma valentía y de confianza en el poder del Altísimo.
Cuántas mujeres hoy quedan embarazadas sin planearlo, y tienen miedo cuando se enteran de que tienen una nueva vida en sus vientres. Sienten que el mundo se les viene encima, se deprimen, algunas incluso se suicidan. Muchas otras optan por un ab**to. Pero Dios nunca abandona a nadie, y eso es lo que les han ocultado a esas mujeres. Hoy nadie las va a matar a pedradas. Hay centros de adopción, hay lugares donde se les brinda a ayuda a mujeres de escasos recursos. Y sobre todas las cosas, Dios tiene un propósito para esa nueva vida que se gesta en sus vientres. Si tan solo ellas entendieran esto.
No es coincidencia que en la imagen la virgen de Guadalupe esté embarazada. Esa imagen es un perenne recordatorio para las mujeres de hoy. Es como si la Virgen les dijera "¡Hey, miren! Yo me sometí a los planes de Dios. Ustedes hagan lo mismo."
Un embarazo, que la Virgen María no había planeado, nos trajo al Salvador, al Mesías. Ese fue el evento más grande de la historia, ocurrido hace ya veinte siglos, y su mensaje sigue siendo sumamente actual.
"Quisiera que nos detuviéramos a reflexionar sobre un detalle de esta historia narrada por el Evangelio y que muy a menudo descuidamos. María y José son dos novios que probablemente han cultivado sueños y expectativas respecto a su vida y a su futuro. Dios parece entrar como un imprevisto en su historia y, aunque con un esfuerzo inicial, ambos abren de par en par el corazón a la realidad que se pone ante ellos."
– Papa Francisco
Audiencia general
1 de diciembre de 2021
https://www.vatican.va/content/francesco/es/audiences/2021/documents/papa-francesco_20211201_udienza-generale.html