
25/04/2025
El rostro oculto del alcoholismo: cuando el hígado dice basta.
Tomado de la red, Mi cuenta médica.
Durante años te dijeron que el hígado se regenera…
Que “unas copas no hacen daño”…
Que el alcohol, si es social, no mata.
Pero nadie te mostró esto.
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Lo que ves en esta imagen no es solo un abdomen inflamado.
Es el grito silencioso de un hígado destruido.
Es la señal visual de una cirrosis hepática avanzada, descompensada…
Donde el cuerpo ya no encuentra salida.
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¿Qué está pasando aquí?
Cuando el hígado está severamente dañado, no puede filtrar la sangre como debería.
Entonces, la presión aumenta en las venas que entran al órgano:
hipertensión portal.
Y el cuerpo, en un intento desesperado de compensar, forma nuevos caminos venosos colaterales.
Venas dilatadas, tortuosas, frágiles, recorren la piel del abdomen:
“cabeza de medusa”, como se le conoce clínicamente.
Pero eso no es todo…
También hay ascitis:
Acumulación masiva de líquido dentro de la cavidad abdominal.
El paciente siente presión, dolor, dificultad para respirar y moverse.
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Pero lo más peligroso está debajo de la piel:
Una de estas venas dilatadas puede romperse en cualquier momento.
Y cuando eso pasa, la hemorragia puede ser masiva.
Rápida.
Mortal en minutos.
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¿Todo esto por qué?
Por años de alcohol.
Por normalizar las “copas diarias”.
Por ignorar los avisos del cuerpo.
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¿Vale la pena?
¿Una celebración que deja cicatrices invisibles?
¿Un brindis que termina en cama?
¿Un hábito que arruina lentamente uno de los órganos más nobles del cuerpo?
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La cirrosis no aparece de un día para otro.
Pero cuando llega… a veces ya es tarde para volver atrás.
👉 Escucha a tu cuerpo.
👉 Cuestiona tus hábitos.
👉 Y no creas que porque no sientes dolor, todo está bien.