13/08/2024
Ópticas improvisadas, un mal que se multiplica como hongos
Sin cumplir con las prácticas adecuadas y sin contar con el personal, equipo o permisos adecuados, ópticas emergentes ofrecen al consumidor lentes y tratamientos correctivos para la vista, los consumidores compran su servicio sin verificar su idoneidad
Comprar un par de lentes de contacto o anteojos para corregir problemas de visión es un problema de salud pública que en el mundo moderno es tan común como una congestión nasal o un dolor estomacal o de cabeza.
Aunque el primero es cada día más común, la facilidad para solucionar uno u otro es muy distante, los problemas de la vista no pueden resolverse con la consulta a un farmaceuta, con un brebaje preparado por la abuela o con una aspirina.
REQUERIMIENTO DE SALUD
Un Consejo Técnico verifica que las unidades de salud cumplan la ley
Para el funcionamiento adecuado, cada óptica debe contar con el personal idóneo.
Las ópticas requieren, además, el equipo adecuado para brindar el servicio a los pacientes.
La corrección no se puede encontrar en una farmacia o en una tienda por departamentos. Para ello se requiere de la evaluación médica y de asistencia profesional con idoneidad y experiencia.
Sin embargo, la complejidad de los tiempos actuales lleva a los afectados a buscar la solución más sencilla y, en muchos casos, la más barata.
No se toma en cuenta que corregir un problema visual es mucho más complejo que comprar un par de zapatos, optar por un par de color negro o los café, tacón alto o bajo; tampoco es tan sencillo elegir el color o la talla del vestido para la boda de tu prima.
Lamentablemente, hay quienes lo hacen sin tomar en cuenta que una elección equivocada podría llevar a la afectación de la visión de por vida, la pérdida de uno ojo o, en el peor de los casos, la muerte.