28/06/2019
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Me llamo Ana, soy madre lesbiana y socia de GALEHI. Apoyo a las familias formadas por gestación subrogada. Yo estaría dispuesta a ser gestante para otras personas y nadie puede decirme lo que debo sentir y pensar al respecto ni dictarme qué hacer con mi cuerpo, anulando mi capacidad de decisión y valorando a la vez si eso me hace más o menos feminista.
¿Qué libertad se reclama para la mujer? ¿La libertad de elegir entre aquello que alguien considera que está bien o mal? Suena contradictorio solo el hecho de plantearlo.
Parece que hoy en día el debate sobre las técnicas de reproducción asistida, que no hace tantos años ponía a nuestros hijos e hijas el despectivo apelativo de “niños probeta”, ha sido superado; en general la sociedad asume con normalidad que es una forma más de ser familia gracias en muchos casos a la generosidad de donantes de gametos. Ahora miremos al frente y veamos la gestación subrogada como lo que es, una forma en la que niños y niñas vienen al mundo por el deseo y amor de sus familias y la generosidad de mujeres que miran más allá de tus prejuicios.
Haz gala de ese respeto a la libertad de la que alardeas y, al menos, respeta. Las personas LGTBI hemos luchado a lo largo de la historia contra ideas de rechazo infundadas y seguiremos haciéndolo, cada día con más fuerza por nuestras familias y el futuro de nuestros hijos e hijas.