05/02/2024
"LIBÉRATE DE LA ANSIEDAD"
"No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús." Filipenses 4:6-7
Dice, “No se inquieten por nada”, por lo que la clave para reducir tu ansiedad está en la oración y la petición.
PERO, ¿Dónde dirías que están tus niveles de ansiedad hoy? ¿Te preocupa algo? ¿Quizás algo te mantuvo despierto anoche? La verdad es que la ansiedad nos afecta a millones de personas hoy.
Entonces, ¿cómo conciliamos el hecho de sentirnos ansiosos y preocupados con la exhortación de la Palabra de Dios a no inquietarnos por nada?
En primer lugar, recuerda que eres amado; Dios te conoce y te aprecia. No importa lo mucho que te preocupes o lo grande que sea tu lucha contra la ansiedad, nada puede separarte del amor de Dios ni disminuir lo mucho que Él te anhela.
En segundo lugar, lo que Dios, en su Palabra nos ofrece es una hermosa invitación. Una invitación a vivir sin ansiedad.
Creemos que Dios lo sana todo y lo ha vencido todo. No importa cuán grandes sean tus preocupaciones o cuán dominante sea tu ansiedad, Dios puede sanar todo.
Su Palabra nos dice que presentemos todo a Dios con agradecimiento: “presenten sus peticiones a Dios y denle gracias”.
Este pasaje de las Escrituras es un gran desafío. En medio de una enseñanza sobre la ansiedad y cómo llevar tus necesidades profundas y personales a Dios, nos está animando a ser agradecidos.
Mientras estamos preocupados, mientras estamos ansiosos y mientras estamos desesperados de rodillas ante Dios, se nos pide que seamos agradecidos.
Tenemos que ser honestos con nuestras preocupaciones ante Dios y al mismo tiempo darle las gracias.
Esto no siempre es fácil. De hecho, suele ser muy difícil.
¿Puedes abrir tu tiempo de oración a Dios con un sinfín de gratitud y declaraciones de agradecimiento después de enterarte del diagnóstico de cáncer de un ser querido? ¿O mientras te enfrentas a una fuerte presión financiera? ¿O a la ruptura de una relación?
La receta única para vivir sin ansiedad es: Dar gracias a Dios en cada situación, en cada oración. Desnudar nuestras almas ante él. Orar por todo.
La enseñanza es simple y clara: Cuando permanecemos agradecidos y oramos y pedimos por nuestras ansiedades, entonces recibimos la paz de Dios.
Este hermoso intercambio está disponible para todos nosotros.
¿Sientes que la ansiedad te consume en este mundo acelerado? ¡No estás solo!
La ansiedad es la enfermedad del siglo, pero tenemos un camino hacia la sanación: la Palabra de Dios y Tabor, Terapia para el Alma.
No lo dudes, ponte en contacto y agenda tu primera cita.