
05/01/2025
HOY ESTOY FELIZ!!!
HACE 25 AÑOS ME PIDIÓ BUSCARLE UN HIJO ...
Comenzaba yo mi labor de ayudar en la búsqueda de Padres, Madres, Hermanos e Hijos desaparecidos cuando llegó a mi oficina una mujer que me narró en medio de la tranquilidad más pasmosa, cómo le fue arrancado de su lado un hijo de 15 días de nacido.
La desgarradora historia me marcó en lo más profundo de mi ser y me propuse ayudar a la inocente Anita, la misma que me repetía calladamente: "Doptorcito cuando Usted pueda, no hay afán. Yo ya no lloro, se me acabaron las lagrimas..."
La tarea de búsqueda fue verdaderamente titánica y tan larga que no vale la pena atormentar a los lectores con todo lo que hice por más de 10 años hasta que finalmente encontré al hijo amado de Anita.
Feliz por el hallazgo, quise contarle a Anita pero no la encontré. Entonces mi reto, ahora era doble. Primero buscar al hijo al que encontré en un punto recóndito de Europa y ahora, buscar a la madre, perdida en algún lugar de los Llanos Orientales de Colombia.
Cada mes que buscaba a Anita recibí una llamada de su hijo, quien lentamente se fue convirtiendo en una especie de juez, policía y fiscalizador que poco a poco fue entendiendo que la tarea de búsqueda no era para nada sencilla.
Diez años tardé buscando al hijo de Anita y quince años buscando a Anita a quien pude encontrar gracias a una médica rural que leyó uno de los miles de mensajes que envié a muchos puntos del Meta y finamente me dijo que conocía una viejita con el mismo nombre, pero que vivía en una finca en el Guaviare.
Después de dos o tres llamadas, finalmente tuve al otro lado de la línea telefónica a Anita, quien como siempre con su asombrosa tranquilidad de dijo: "No llore doctorcito. Lo importante es que me encontró viva, no hay afán. Yo ya no lloro, se me acabaron las lagrimas..."
Mi siguiente paso era lograr las muestras de la saliva de Anita para el análisis comparativo de ADN con Santiago el hijo que 15 años atrás yo había encontrado y que aguardaba con paciencia.
A la primera oportunidad que tuve, volé a San José del Guaviare y me reuní con Anita y tal como quedó registrado en la fotografía publicada abajo, logré llevar a los Estados Unidos las muestras para enviarlas al hijo que él hiciera la cotejación en el laboratorio de su preferencia y confianza.
Acabo de recibir la noticia por parte De Santiago, quien alista maletas para viajar pronto a Colombia, donde lo llevaré albarazo con Anita, su madre biológica.
Hoy en medio de esta muy buena noticia, revisando papeles, comienzo una nueva aventura:
Encontrar a la madre de aquella niña que fue dejada en una droguería en el barrio Motilones de Cúcuta, por alguien que la llevó hasta allí haciéndose pasar por la madre. Hoy su hija piloto oficial de la Marina Norteamericana lucha en el Medio Oriente, con la esperanza de poder abrazar a toda su descendencia materna...
Alejandro Muñoz Garzón