05/19/2023
https://youtu.be/YnG5uJIgJuE
La violencia juvenil actualmente se ha convertido en un problema de salud pública y esto incluye una gama de actos que van desde el acoso, las peleas físicas, las agresiones sexuales, y las más graves, homicidio.
En todo el mundo se estima que cada año se producen 200,000 homicidios entre jóvenes de 10 a 29 años, lo que la convierte en la cuarta causa de muerte entre las personas de este grupo de edad. A nivel mundial, el 84% de las víctimas de homicidios de jóvenes son hombres, y la mayoría de los perpetradores también son hombres.
Los ataques con armas de fuego terminan con más frecuencia en lesiones fatales que los ataques que involucran pelea física, armas blancas y objetos contundentes.
Según CDC (Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades) La violencia sexual también afecta a una proporción significativa de jóvenes.
Las peleas físicas y el acoso también son comunes entre los jóvenes. Un estudio de 40 países en desarrollo mostró que un promedio del 42% de los varones jóvenes y el 37% de las mujeres jóvenes estaban expuestos al acoso.
El homicidio y la violencia juveniles no solo contribuyen en gran medida a la carga mundial de muerte prematura, lesiones y discapacidad, sino que también tienen un impacto grave, a menudo de por vida, en el funcionamiento psicológico y social de una persona. Esto puede afectar a las familias, amigos y comunidades de las víctimas.
Posibles factores de riesgo dentro que podrían incrementar la violencia juvenil:
Un historial de comportamiento violento o agresivo.
Un historial de problemas de disciplina o conflictos frecuentes con la autoridad.
Haber sido víctima de abuso durante la infancia.
Haber sido víctima o testigo de actos de violencia en el hogar.
Sus padres y familiares toleran o promueven el uso de la violencia.
Un historial de crueldad hacia los animales.
Sufre una enfermedad mental importante.
Es insensible o carece de empatía hacia los demás.
Un historial de vandalismo o daño a la propiedad.
Pertenecer a una pandilla o tener un fuerte deseo de vincularse a una de ellas.
Fascinación o fácil acceso a las armas de fuego.
Problemas para controlar los sentimientos, como la ira.
Retirarse del grupo de amigos y de las actividades habituales.
Sentirse rechazado o solo con regularidad.
Sentirse constantemente irrespetado.
Déficit de atención, hiperactividad.
Problemas de conducta u otros trastornos del comportamiento.
Uso serio de dr**as o alcohol o involucración temprana con el alcohol, o a las dr**as.
Baja inteligencia y rendimiento educativo.
Bajo compromiso con la escuela y fracaso escolar.
Participación en actos ilegales.
Exposición a la violencia en la familia.
Bajo control y pobre supervisión de los jóvenes por parte de los padres.
Prácticas disciplinarias parentales duras, relajates o inconsistentes.
Un bajo nivel de relación afectiva entre padres e hijos
Baja participación de los padres en las actividades de los hijos/as.
Abuso de sustancias o criminalidad de los padres.
Problemas de salud mental de los padres.
Bajos ingresos familiares.
Desempleo en la familia.
Prevención
Los programas de prevención de la violencia juvenil requieren un enfoque integral a través de iniciativas que ayudan a identificar, cuantificar y responder al problema.
Programas de habilidades para la vida y desarrollo social diseñados para ayudar a los niños y adolescentes a manejar la ira, resolver conflictos y desarrollar las habilidades sociales necesarias para resolver problemas;
Enfoques escolares integrales para la prevención de la violencia en los establecimientos educativos;
Programas que apoyan a los padres y enseñan habilidades de crianza positivas;
Enfoques terapéuticos para jóvenes con alto riesgo de verse involucrados en la violencia;
Reducir el acceso al alcohol/dr**as y armas de fuego;
Reducir el acceso ilegal de los jóvenes a las armas,
Restringir las licencias de armas de fuego para jóvenes;
Fortalecer los programas escolares de prevención de la violencia;
Llamar la atención de los políticos sobre la magnitud de la violencia juvenil y la necesidad de prevención;
Aumentar la conciencia de los jóvenes sobre las consecuencias personales y legales de las armas.
Aumentar la participación de la comunidad.
Cómo Hablar Con Sus Hijos Sobre Las Armas De Fuego:
Incluir en sus conversaciones generales sobre la violencia, seguridad, esas que incluyen también dr**as, alcohol, y armas de fuego.
Dígales que no escuche a sus amigos que pueden decirle que el arma está sin cargar.
De estrategias de que hacer para salir de una situación donde hay un arma presente.
No tenga esta conversación solo una vez. Hable con ellos frecuentemente—al igual que lo haría con otros temas de seguridad importantes.
Asegúrese de que entienden que cualquier situación con un arma de fuego sin asegurar es una situación peligrosa. Es importante recordar que hablar con sus hijos es una precaución, no una garantía de seguridad.
Dígales a sus niños que nunca toquen un arma de fuego, aunque parezca un juguete.
Asegurarles a sus hijos que no van a estar en problemas si le dicen a un adulto que han visto un arma.
Restrinja en sus hijos el uso de videos juegos violentos.
Tenemos que actuar antes que este problema de la violencia se siga incrementando.
Muchas gracias!!
El Dr. Frank Clavijo nos habla de la relación entre la violencia y los trastornos mentales