03/27/2025
*Elegir la Felicidad: Un Acto de Amor Propio*
En un mundo donde la negatividad y el estrés parecen estar al orden del día, es fácil perder de vista lo que realmente importa. Sin embargo, hay una verdad simple pero poderosa que podemos elegir cada día: ser felices.
La felicidad no es algo que nos caiga del cielo, ni es un destino reservado para unos pocos afortunados. La felicidad es una elección, un acto de amor propio que podemos hacer cada mañana al despertar.
"Elijo ser feliz porque yo soy ganador, porque yo soy triunfador, porque yo soy una buena persona y merezco lo mejor de la vida", es una afirmación poderosa que podemos hacer para nosotros mismos. Al decir estas palabras, estamos reconociendo nuestra propia valía y merecimiento de la felicidad.
Pero ¿qué significa realmente ser un ganador o un triunfador? No se trata de ganar un concurso o alcanzar un título, sino de superar nuestros propios desafíos y limitaciones. Es sobre levantarnos después de una caída y seguir adelante con determinación y coraje.
Y ¿qué hay del amor propio? "Yo me amo de todo corazón", es una declaración que puede parecer simple, pero que requiere una gran cantidad de valentía y autoaceptación. Amar a uno mismo no significa ser egoísta o narcisista, sino reconocer nuestra propia humanidad y merecimiento de amor y respeto.
Cuando elegimos amarnos a nosotros mismos, también elegimos abrirnos a la posibilidad de ser amados por otros. "Merezco que me ame Dios, que me dé la vida y que me amen todas las personas", es una oración que nos recuerda que somos dignos de amor y conexión.
Así que, ¿cómo podemos aplicar este principio en nuestra vida diaria? Aquí hay algunas sugerencias:
- Comienza cada día con una afirmación positiva sobre ti mismo.
- Practica la autocompasión y la autoaceptación.
- Haz cosas que te hagan sentir bien y te conecten con tu pasión y propósito.
- Cultiva relaciones saludables y nutritivas con otros.
- Recuerda que eres digno de amor y respeto, independientemente de tus errores o limitaciones.
En resumen, elegir la felicidad es un acto de amor propio que requiere valentía, autoaceptación y determinación. Al reconocer nuestra propia valía y merecimiento de la felicidad, podemos abrirnos a la posibilidad de ser amados por otros y vivir una vida plena y satisfactoria.