Elefante Rosa En La Luna

Elefante Rosa En La Luna Bienvenidos a bordo de esta aventura. Esta pagina es de ustedes.

Esta pagina es para fomentar la lectura aqui hay historias de amor historias eróticas historia de mucha emocion, asi como reflexiones, pensamientos y frases de motivacion personal.

Mi humilde estandar:
09/28/2025

Mi humilde estandar:

Una mujer segura no compite, se enfoca, crea y brilla.✨💫🫰🏻Elefante Rosa En La Luna 🌙
09/28/2025

Una mujer segura no compite, se enfoca, crea y brilla.✨💫🫰🏻

Elefante Rosa En La Luna 🌙

Capítulo 1️⃣8️⃣ MaddieLandon sabía cómo invitar a una mujer a cenar. Me llevó al Hotel FourSeasons de Beverly Hills. Ten...
09/28/2025

Capítulo 1️⃣8️⃣

Maddie
Landon sabía cómo invitar a una mujer a cenar. Me llevó al Hotel Four
Seasons de Beverly Hills. Tenían un elegante restaurante en el patio, con
luces brillantes colgando por todas partes. Estaba disfrutando de todo, pero
la verdad es que el hombre sentado frente a mí acaparaba toda mi atención.
—Usted, señor, tiene un gusto excelente —le informé mientras tomaba
un sorbo de vino tinto, un syrah. Era perfecto para mi filete—. ¿Cómo de
difícil piensas que será compaginar el proyecto de Val y la fusión de tu
empresa?
Frunció el ceño.
—Muy difícil. Estoy intentando elaborar un plan de ataque para poder
dar a ambos proyectos la atención que necesitan, pero va a ser un in****no.
—Bueno, puedes contar conmigo para ayudar a que te relajes —declaré.
Su fruncido ceño se convirtió en una sonrisa.
—¿Cómo piensas hacerlo?
—Todavía no lo sé, pero voy a preparar un plan serio.
Iba a cuidar bien de él. Tan bien que no querría dejarme ir. «Ups». ¿De
dónde había salido esa idea? Culpé a mi syrah.
—¿Cuánto tiempo vas a seguir trabajando en el jardín de Val? —
preguntó.
—Tres semanas. Luego voy a diseñar el jardín de un colegio. Será
menos complicado que el de Val, porque no tiene terrazas. Me muero de
ganas por empezar.
—¿Una escuela? Pensé que habías dicho que te gustaba trabajar en
proyectos residenciales.
Me alegré de que se acordara de ese pequeño detalle.
—Sí, pero no podía dejar pasar esta oportunidad. Es para un colegio
privado y, si a los padres les gusta lo que ven, eso podría llevar a conseguir
otros proyectos.
—Inteligente. Muy inteligente de tu parte.
—Gracias. Ese es el proyecto para el que necesitaba los permisos.
—¿Así que te encargas de todo? ¿Permisos, diseño, implementación?
—Sí. Sin embargo, trabajo con subcontratistas. Por ejemplo, Val quiere
escalones de piedra, y para ello traigo a un albañil. Si el terreno requiere la
instalación de algo más que el sistema de riego estándar, traigo a una
empresa especializada en la materia. Pero intento hacer lo máximo posible
yo misma. Contrataré personal fijo en cuanto Grace termine la carrera de
Derecho.
—Eres una mujer increíble, Maddie Jennings.
—Vaya, gracias, Sr. Connor.
—Eres muy trabajadora y muy comprometida con tu hermana, dos
cualidades que admiro. —Puso su mano sobre la mía en la mesa y la apretó
ligeramente—. Admiro todo de ti.
—Ahora me estás haciendo sonrojar.
—Me encanta cuando tus mejillas se ponen rojas.
Su voz era más baja, más aspirada, e hizo que mi mente se fuera al
diablo.
—¡Landon! Estamos a mitad de la cena. No puedes hacer que me
ruborice ya. Creo que estábamos hablando de mis asuntos.
Me dedicó una sonrisa voraz.
—Tienes razón. ¿Has pensado en asociarte con alguno de los
subcontratistas que utilizas más a menudo? No los tendrías en nómina, pero
podrías aprovechar las sinergias.
Me recosté en mi asiento, mientras jugaba con mi copa de vino.
—Lo he pensado, pero honestamente, creo que sería un dolor de cabeza.
Mi ex y yo teníamos un acuerdo similar. Aunque estábamos especializados
en diferentes áreas, habíamos creado una empresa juntos, Eden Designs.
Compartíamos la oficina y los gastos administrativos, como la contabilidad.
Ocasionalmente, algunos de sus clientes también utilizaban mis servicios.
Cuando todo se fue al garete, me costó mucho trabajo desvincularme. Se
hizo un lío. Se peleaba conmigo por cada contrato. Los honorarios de los
abogados se comieron muchos de mis ahorros. Me fastidió para las
asociaciones. En fin, trabajo mejor sola.
—Tu ex era un verdadero gi******as.
—Fue raro, tuve que volver a empezar. Casa nueva, todo nuevo. La
mayoría de nuestros amigos eran suyos, porque él era de Los Ángeles, así
que mi círc**o de amigos se redujo de golpe y conocer gente nueva no es
fácil.
—¿Pensaste en volver a Miami en ese momento?
—No, me gusta esta ciudad. Pero cuando me mudé a Los Ángeles,
nunca imaginé que iba a tener que empezar de cero dos veces. Espero no
tener que hacerlo nunca más. Es agotador.
Landon me escudriñó, pero entonces su atención fue captada por un
hombre alto con traje que se estaba acercando a nosotros y finalmente se
detuvo junto a la mesa.
—¿Landon? No puedo creerlo. No sabía que habías vuelto a Los
Ángeles. ¿Cuánto tiempo ha pasado?
Landon se levantó y estrechó la mano del hombre. Yo también me
levanté.
—Stephen. Me alegro de verte. —Señalándome, dijo—: Esta es Maddie
Jennings. Es una arquitecta paisajista con mucho talento.
Landon parecía tan orgulloso de mí que quise besarlo en el acto. Me fijé
en su lenguaje corporal y supe que no eran palabras vacías. Sabía que
estaba mal comparar a Landon con mi ex, pero no podía evitarlo. Cada vez
que Owen me presentaba a alguien, omitía mi profesión, y cuando yo
mencionaba el tema, se avergonzaba.
—Encantado de conocerte, Maddie. —Stephen me estrechó la mano
antes de volver a centrarse en Landon—. ¿Cuánto tiempo te quedarás en
Los Ángeles?
—Unas semanas.
—Te llamaré para organizar una reunión. Te dejo para que disfrutes de
la noche.
Volvimos a sentarnos después de que Stephen se fuera y luego
terminamos nuestros filetes. Landon acogió mis piernas entre las suyas bajo
la mesa. Me encantaba estar rodeada de él así. Cuando el camarero se llevó
nuestros platos vacíos, me froté la barriga.
—¿Vamos a pedir postre? Me muero por probar su panna cotta.
Se le dibujó una sonrisa en los labios. Acogió mis piernas con más
fuerza hasta que mis rodillas se tocaron.
—Preferiría comerte a ti, pero la panna cotta bastará, por ahora.
—Eres un desvergonzado —susurré—. ¿Me has traído aquí y ahora me
seduces?
—¿Eso es una queja?
Abrí la boca y la volví a cerrar.
—Estoy excitada, pero siento que debo echarte la bronca solo por eso.
Estoy en conflicto.
Sin quitarme los ojos de encima, pidió panna cotta para los dos y se
inclinó hacia delante.
—¿Cuán excitada estás exactamente?
El aire chispeaba entre nosotros, y consideré la posibilidad de
escaparme antes del postre. Pero mi lado testarudo asomó la cabeza y me
mantuve firme, e incluso disfruté de dos copas más de syrah hasta que
terminamos el postre.
Landon me ofreció el brazo cuando nos levantamos para irnos y lo cogí
con gusto. Llevaba unos tacones de aguja altísimos. Los zapatos eran
nuevos y no había tenido tiempo de estrenarlos, así que me dolían las
plantas de los pies.
Al pasar por la fila de mesas, pude notar que las mujeres le echaban el
ojo. Muchas mujeres.
—Es la última vez que sales conmigo llevando gemelos. Todas las
mujeres de allí quieren follarte —susurré cuando nos quedamos solos en el
pasillo que lleva al vestíbulo.
—¿Follarme? —Se rió. «Oh, ¿así que esto le divierte?», pensé—. Estás
un poco borracha por el vino.
—Tal vez. Pero sé lo que he visto. La próxima vez que salgamos, te
pondrás algún jersey feo. Una bolsa de papel en la cabeza tampoco vendría
mal.
—¿Eres posesiva?
Cogí un poco de aire.
—Me he excedido, lo siento. No tengo por qué ser posesiva.
Landon se detuvo y se volvió hacia mí. Me besó tan fuerte que hizo que
mi mente diera vueltas.
—Sí, te corresponde. Cariño, la idea de que estés con otro hombre me
vuelve loco. —Sus ojos brillaron mientras me pasaba el pulgar por los
labios, con una encantadora y evidente posesividad—. Me gusta verte así de
exaltada, pero no tienes nada de qué preocuparte. Eres todo lo que quiero,
Maddie. —Me besó la comisura de la boca y susurró—: Vayamos a casa
para demostrarte cuánto.
Nunca había rezado tanto para que no hubiera tráfico como en ese
momento.
Cuando entramos en mi bungalow, Landon me besó con fuerza y me
acompañó hasta el dormitorio, hasta que la parte posterior de mis
pantorrillas chocó con la cama. Me bajó sobre ella, rompiendo nuestra
conexión. Encendió la luz y se quedó cerca del interruptor.
—Quítate la ropa para mí, Maddie.
Me quité los zapatos y me subí a la cama. Me levanté un poco el top,
hasta que se me vio el ombligo. Landon me miró fijamente, como si me
retara a continuar. Lo levanté unos centímetros más, tan lentamente como
pude. Él soltó una fuerte exhalación, y mis manos empezaron a temblar ante
la expectación. Joder, verle observarme me excitaba muchísimo. Lo levanté
otro centímetro y entonces Landon se quitó la ropa. Cuando estuvo
completamente desnudo, se subió a la cama frente a mí y me sujetó los
tobillos con las manos, sin dejar de observarme. Cuando me quité la
camiseta, se mordió el labio. Metí la mano bajo la almohada y recuperé el
condón que había escondido allí... por si acaso.
—Desabróchate el sujetador. —Aunque su voz era un susurro, parecía
una orden. Hice lo que me dijo y mis pechos se liberaron frente a él.
Soltando uno de mis tobillos, extendió un brazo, desabrochó la cremallera y
el botón de mi falda, y luego la bajó por las piernas, arrojándola detrás de
él. Me sentí expuesta, solo llevaba un tanga. Me observaba con una mirada
lujuriosa, sus ojos iban de mi cuello a mis pechos, pasando por el triángulo
entre mis piernas, y luego volvían a subir.
Se abalanzó sobre mí y me capturó la boca. Suspiré contra sus labios y
mis caderas se levantaron de la cama cuando me cogió un pecho y me
retorció el p***n suavemente. Instintivamente, intenté juntar los muslos.
Como él estaba sentado justo entre ellos, no hice más que apretarle con
fuerza. Gimió y se apartó, mirando hacia abajo entre nosotros. Bajó una
mano, y me puso el pulgar justo en mi entrada, sobre las bragas. Un
escalofrío se apoderó de mi cuerpo. Después, arrastró el pulgar hasta mi
clítoris.
—¡Landon! ¡Oh!
Repitió el movimiento. Separé los muslos para darle un mejor acceso.
Se acomodó entre ellos y bajó la cabeza. En medio de una bruma de lujuria,
sentí cómo deslizaba dos dedos por el borde de mis bragas, justo donde el
muslo se unía con el centro. Apreté la sábana cuando él enganchó los dedos
en la tela y la empujó hacia un lado. A continuación, posó su ardiente boca
sobre mi piel resbaladiza, y lo disfruté tanto, era tan increíblemente intenso,
que grité sin vergüenza. Levanté la cabeza y vi que había bajado un brazo.
Su hombro se movía, se estaba tocando. Tenía la boca sobre mí y la mano
en su erección. La imagen despertó algo en mi interior. Un intenso calor se
extendió bajo mi piel.
Inesperadamente, apartó el pulgar de mi clítoris y deslizó la mano bajo
mi c**o, levantándolo sobre el colchón. Clavé los talones en la cama y se
me contrajo la barriga mientras me preparaba. Se metió mi clítoris en la
boca.
—¡Aaaaaah!
Se me endurecieron los glúteos, mis muslos ardieron. Mi centro estaba a
punto de estallar. Me temblaba todo el cuerpo. Era como si unos finos hilos
invisibles conectaran mi clítoris con todas las células de mi cuerpo. Estaba
agitada y no paraba de gemir, necesitaba liberarme. La tensión en mi
interior seguía en aumento.
Los siguientes segundos fueron un poco confusos. Landon se movió,
apartándose de mí justo cuando estaba en la cúspide. Le oí rasgar el paquete
del condón, y luego se movió sobre mí, introduciéndose en mi interior
mientras me corría.
El placer era tan intenso que me dejó sin aliento. Mis músc**os internos
sufrieron espasmos y se apretaron a lo largo de su longitud. Mi orgasmo se
acentuó. Una sensación de satisfacción recorrió todo mi cuerpo, haciendo
que los dedos de los pies se enroscaran y los de mis manos se estiraran, casi
involuntariamente.
—Qué bien se siente, Maddie. Tan bien. —Su voz era un susurro
inestable y, cuando bajé del séptimo cielo, noté que sus brazos temblaban
ligeramente. Los había apoyado a ambos lados de mí. Besándome el cuello,
se deslizó dentro y fuera de mí. Era imposible, pero sentí que con cada
embestida me llenaba más, me daba más de sí mismo.
—Levanta las piernas, envuélvelas alrededor de mí —dijo.
A ciegas, enganché una pierna alrededor de él, luego la otra, sin
entender a dónde quería llegar... hasta que lo capté. Cuando presioné mis
talones en la parte posterior de sus muslos, justo debajo de su trasero, el
ángulo entre nosotros cambió y él estaba frotando un punto dentro de mí
que no había tocado antes. Ni siquiera sabía que fuera posible experimentar
un placer tan intenso. Estaba en sus manos y su cuerpo me acercaba cada
vez más al límite con cada embestida. Se me tensaba todo, los músc**os se
contraían. Luego, Landon me besó, entrelazando sus dedos con los míos.
Finalmente, mis sentidos se vieron abrumados mientras se me retorcía
todo el cuerpo con el orgasmo. En medio de mis gritos de placer, oí los de
Landon... y supe que se estaba corriendo conmigo.

Continuará…….
Layla Hagen ✍️
🌙

Capítulo 1️⃣7️⃣ MaddieMe miré en el espejo por enésima vez, preguntándome si mi conjunto eraapropiado. Landon me había e...
09/25/2025

Capítulo 1️⃣7️⃣

Maddie
Me miré en el espejo por enésima vez, preguntándome si mi conjunto era
apropiado. Landon me había enviado un mensaje antes, diciendo que
vendría directamente a mi casa después de visitar a Val. Teniendo en cuenta
que no tenía ni idea de cuál era el plan para la noche, había optado por un
top verde oscuro bien ajustado, con tirantes entrecruzados en la parte
superior de la espalda, y una falda negra que me llegaba hasta las rodillas.
Cuando oí que un coche se detenía frente a mi casa, me apresuré a ir a la
entrada, patiné sobre las baldosas y perdí el equilibrio, casi me precipité de
cabeza contra la puerta principal. «Ups».
Al incorporarme, me aparté el pelo de la cara y abrí la puerta. Al recibir
a Landon, se me pegó la lengua en el paladar de manera inconsciente.
«Dios mío».
Su traje debía estar hecho a medida. No había otra forma de que le
quedara tan bien sobre sus hombros y sus musc**osos brazos y que, al
mismo tiempo, se ciñera a la cintura.
Había hablado en serio cuando dijo que los trajes que llevaba la semana
anterior eran informales. Este... este no era para nada informal. Su aspecto
hacía honor al puesto de director general que tenía y estaba increíblemente
guapo. Landon se había vestido para impresionar. Y si bien sabía que se
había puesto el traje para la reunión y no para mí, pues... estaba
impresionada.
Pero no fue su traje lo que me provocó mariposas en el estómago, ni su
sonrisa. Llevaba un ramo de lirios naranjas y rosas.
—No sabía cuáles eran tus flores favoritas, pero éstas me parecieron
preciosas.
Cuando las cogí, las yemas de mis dedos rozaron sus uñas, pero ese
simple contacto fue suficiente para hacerme sentir un cosquilleo en la piel.
—¿Me vas a invitar a entrar? —Esbozó una sonrisa falsa.
—Sí, por supuesto. Pasa. Las pondré en un jarrón. Muchas gracias. Son
preciosas.
Mi voz se oía extraña incluso para mis propios oídos. Un poco aguda,
pero también ruda. Me puse a buscar un jarrón, lo que me llevó algún
tiempo, porque estaba demasiado aturdida para centrarme. Cuando por fin
lo encontré y lo sostuve bajo el grifo, noté que Landon venía detrás de mí.
—Maddie, ¿lo he interpretado mal? ¿Acaso no me quieres aquí?
En el tiempo que me llevó inhalar, movió su mano desde el borde del
lavabo hasta mi cintura, como si no pudiera evitar tocarme, aunque no
estuviera seguro de si debía hacerlo.
—No, no, quiero que estés aquí. De verdad. —Puse el jarrón sobre la
encimera y metí el ramo en él. Apenas en ese momento me giré para
mirarle. No me gustaban las arrugas de su frente y mucho menos que yo las
haya provocado.
—Lo siento. Es que... hace tiempo que no recibo flores. Me hacen sentir
especial.
Me estudió, llevando una mano a mi cara y acariciándome la mejilla con
el dorso de los dedos.
—Eres especial para mí, Maddie. Hace tiempo que no compro flores,
pero quería hacer esto por ti. Quiero hacer tantas cosas contigo. Comprarte
flores, invitarte a pasear, hacerte reír.
Sus palabras llegaron tan profundo dentro de mí, que sabía que echarían
raíces allí y no podría olvidarlas después de que se fuera. Pero eso no me
importaba. Lo único que me importaba era ese momento. Compartir solo un
ratito con Landon era mejor que no compartir directamente nada.
—Me gusta cómo suena eso —susurré. Estaba lo bastante cerca como
para que pudiera oler su gel de ducha. Le toqué la nuez con la nariz y su
agarre en mi cintura se hizo más fuerte. Olía tan bien. Quería lamer cada
trozo de piel que pudiera encontrar, pero me aparté. El deseo por escuchar
qué más tenía para decir era mayor. Su olor y su se*******ad en general eran
un festín para mis sentidos. Pero sus palabras me habían llegado
directamente al corazón y quería oír más.
—Fui a ver a Val después de la reunión.
—¿Cómo se encuentra?
Sonrió.
—Disfrutando de tus M&M's. Gracias por pasar a visitarla.
Le devolví la sonrisa.
—Quería sentirme útil para algo. ¿Cómo ha ido la reunión?
—Más o menos.
Fingí sorpresa.
—¿Los gemelos te han fallado? Bueno, si te sirve de consuelo, conmigo
funcionan de maravilla. Mis rodillas parecen estar hechas de gelatina... y
todo por culpa de ellos.
Estaban fabricados en plata esterlina con una especie de patrón negro en
el centro. Y, joder, eran impactantes.
Su sonrisa se amplió, transformando toda su expresión.
—¿Así que todo es a causa de ellos? ¿No tengo ningún mérito?
—Tal vez un poquito.
Para demostrarlo, mantuve el pulgar y el índice tan cerca el uno del otro
que casi se tocaban.
Landon puso sus manos a mi lado, atrapándome. Nuestras narices
estaban solo a unos centímetros. Nuestras bocas a la distancia de un beso. Y
a pesar de ello, no me besó.
—¿Qué estabas diciendo de la reunión? —pregunté cuando la tensión se
había vuelto tan densa que hasta me hizo endurecer los pezones.
—No estaban muy contentos al enterarse de lo de Val. No por su
bienestar, sino porque no podría supervisar el proyecto personalmente. Me
ofrecí a dirigirlo yo mismo hasta que Val se sienta mejor. Probablemente
vaya a necesitar entre un mes y seis semanas hasta que pueda retomar sus
actividades con normalidad.
—Entonces, ¿no te marcharás la semana que viene?
Percibí el cambio en él antes de que se apartara. Se le puso rígida la
mandíbula.
—Pareces decepcionada.
Mis capacidades de comunicación eran nulas cuando estaba sorprendida
o nerviosa.
—No estoy decepcionada para nada. Me alegro de que te vayas a quedar
más tiempo. Es que me has cogido por sorpresa. Es muy bonito lo que
haces por tu hermana. —Bonito era decir poco. No conocía a nadie que
pudiera hacer algo así. Miré a Landon con renovada admiración—. ¿Qué ha
dicho Val?
Se le curvaron las comisuras de los labios.
—Que soy su héroe. Luego pasó a cuestionar dicho heroísmo,
preguntándose si ella era la única razón por la que había decidido
quedarme.
«¿Está diciendo lo que yo creo?».
—¿Qué le has dicho?
Apoyé las manos detrás de mi espalda y empecé a golpear los pulgares
contra la encimera.
—Que esos sonidos que hiciste anoche podrían haber influido en mi
decisión también —dijo.
—¡Estás de coña!
Me lancé hacia delante y traté de pellizcarle el estómago, pero me
atrapó la muñeca. Llevé mi otra mano hacia adelante. ¡Error de
principiante! También la atrapó. Esposando mis dos muñecas con una
mano, las llevó por encima de mi cabeza y las inmovilizó contra el mueble.
Cogí un poco de aire cuando la mirada de Landon se posó en mis labios.
Pasó su mano libre por debajo de mi camiseta y la deslizó bajo el sujetador.
Con el pulgar, recorrió lentamente por la parte inferior de mi pecho hasta
que se me arqueó toda la espalda. Cuando me lo pasó por el p***n, me puse
de puntillas, buscando su boca con desesperación. Nos besamos hasta que
nos quedamos sin aliento.
Mi cocina nunca había sido escenario de una interacción tan erótica.
Casi esperaba que las patas de la mesa de madera se doblaran ante tanta
tensión sexual. Desde luego, sentía que mis piernas iban a ceder en
cualquier momento.
Me soltó las manos y me cogió la cara con las suyas, apoyando los
pulgares en las mejillas y extendiendo los dedos sobre el cuello. Me
abrazaba como si fuera muy valiosa para él. Tenía tanta energía circulando
por mi cuerpo que no podía quedarme quieta. No paraba de moverme.
—Tengo una condición, Landon. No puedes hacer que me enamore de
ti.
—No tienes de qué preocuparte. —Tragó y su nuez bajó dentro de su
garganta—. Creo que ya he olvidado cómo amar.
—Pues entonces estamos a salvo.
—¿Estás segura? —Sonrió—. Contigo quiero cosas que no me he
permitido desear en años, Maddie.
Tracé el contorno de su mandíbula, preguntándome si debía callar, pero
decidí no hacerlo.
—¿Qué quieres decir con lo de que no te has permitido desear cosas?
Sus ojos se volvieron tristes.
—Recuperarme tras la muerte de Rachel no fue fácil. Estaba perdido y
vulnerable, y durante mucho tiempo pensé que lo más seguro era no
acercarse demasiado a nadie. Que era mejor no desear ciertas cosas.
—Vaya, Landon.
La tristeza en su mirada se convirtió en alegría.
—Pero quiero pasar más tiempo contigo, Maddie. Quiero conocerte.
Saber todo de ti.
Me vibró todo el cuerpo ante la idea de pasar más tiempo con Landon,
aunque sabía que estaba poniendo en peligro mi corazón. No estaba segura
de poder mantenerlo a salvo cuando pensaba que solo iba a pasar unos días
con Landon. ¿Pero semanas?
Nueva resolución: no pensar en el futuro. A decir verdad, tenía que
reconocer que era liberador vivir en el presente sin preocuparme por el
impacto de mis acciones actuales en el futuro.
«Si me como una segunda loncha de bacon, ¿irá directamente a mis
caderas o a mi barriga? Si pido el jabón más barato, ¿me secará la piel? Si
paso más tiempo con Landon, ¿me enamoraré de él?». Pues... ese tipo de
preguntas le quitaban la alegría al momento. Algunas de ellas tenían su
fundamento, claro, pero también eran aguafiestas.
—Te estoy invitando a una cita —anunció, metiendo las dos manos en
los bolsillos, como si no tocarme requiriera un esfuerzo y estuviera
dispuesto a conseguir su objetivo. Ah, pero nuestros objetivos eran
opuestos, porque yo quería que me tocaran, que me besaran, que me
ultrajaran.
—Mmm... ¿así es como quieres salir conmigo? ¿Llevando este precioso
traje y gemelos? Esto hará que todas las mujeres se desmayen. Les estoy
haciendo un favor al conservarte solo para mí. No sabrán lo que se pierden.
Además, el tráfico es una pesadilla a esta hora.
Se le encendió la mirada y una sonrisa bailó en sus labios. Tuve la
sensación de que se había dado cuenta de mi intento de seducirle. En
retrospectiva, había sido bastante patético. El tráfico, ¿en serio?
—No te confundas, Maddie, cuando volvamos, voy a meterme tan
dentro de ti que te haré olvidar tu propio nombre. Pero ahora mismo, quiero
pasar un rato contigo fuera del dormitorio. ¿Te parece bien?
—No. —Estaba un poco agitada, con mucho calor. Me estaba
cautivando como si fuera una obligación para él. ¿Era siquiera consciente
de ello?—. Pero para que conste, no solo tenía en mente actividades al
desnudo cuando sugerí que nos quedáramos en casa. Podría cuidar de ti.
Después del día que has tenido, te vendría bien.
Sus ojos se relajaron y se inclinó hacia mí, besando la comisura de mis
labios. Después de un rato, dijo:
—Podrás cuidarme todas las veces que quieras, Maddie. Me encantaría.
Pero esta noche yo soy quien va a cuidar de ti. Así que vamos.
Mientras echaba un vistazo a las flores, una pequeña voz en el fondo de
mi mente me susurró que sería muy difícil no enamorarse de Landon.
Acallé la voz mientras él me cogía de la mano y me llevaba fuera de la casa
para una noche de desenfreno.

Continuará……
Layla Hagen ✍️
Elefante Rosa En La Luna 🌙

Desnudándose, ella se había puesto roja y había metido barriga diciendo: "tengo que ponerme a dieta". Entonces, él sacud...
09/24/2025

Desnudándose, ella se había puesto roja y había metido barriga diciendo: "tengo que ponerme a dieta". Entonces, él sacudió la cabeza y dijo: "no hay dieta, no, no hay dieta". El no quería que, en el mundo, existiera ni un centímetro menos de ella.

🦋

No. Yo no lo hago para llamar la atención ni para que hablen de mi. No lo necesito.Yo visto así porque me gusta, me hace...
09/24/2025

No. Yo no lo hago para llamar la atención ni para que hablen de mi. No lo necesito.
Yo visto así porque me gusta, me hace sentir viva, alegre, segura.
A veces la gente dice: Mira la vieja ya se ha puesto el disfraz, esta mujer está loca, vaya pintas...
No me importa que me critiquen, que hablen, pero odio los insultos. Pido el mismo respeto que tengo yo hacia los demás.
Vive tu vida como quieras.
Yo me encargaré de la mía.
El respeto nace de la educación. Nunca critiques a otro por como quiere vivir. Quizás deberíamos mirarnos antes de opinar de los demás.

Victoria Martínez- Segunda estrella a la izquierda - Original

Capítulo 1️⃣6️⃣ LandonEran las seis de la tarde cuando salí de la oficina de mi hermana. Me latía lasien derecha y la ca...
09/24/2025

Capítulo 1️⃣6️⃣

Landon
Eran las seis de la tarde cuando salí de la oficina de mi hermana. Me latía la
sien derecha y la cabeza me daba vueltas. Aunque había llamado a Val
varias veces durante los descansos, me dirigí directamente al hospital para
contarle todo en detalle y ver cómo estaba.
—Pareces estar mejor —dije.
Estaba tumbada en la cama, con una pierna escayolada y el torso
vendado. Su lado derecho se había llevado la peor parte de la colisión.
Sonrió.
—Sí, claro. Por favor, no escatimes con los mimos. De verdad que los
necesito. No me he visto en un espejo, pero no puedo estar mejor de lo que
me siento, y me siento fatal. Ya me han mimado con prácticamente todo lo
que el dinero puede comprar, pero el encanto de mi gemelo nunca estará de
más. —Señaló la mesa del hospital que tenía a su lado. Estaba enterrada
bajo montañas de dulces y comida. Luego suspiró y dijo—: Tengo la cabeza
hecha un lío. Hoy he intentado leer algunos correos electrónicos y casi
acabo vomitando.
Los médicos dijeron que tenía una conmoción cerebral, lo que
significaba que no iba a poder fijar la vista para leer durante algún tiempo,
además de que tendría dolores de cabeza y se cansaría más rápido, pero en
definitiva no había daños permanentes.
—Esto es un desastre —dijo.
—Podría haber sido peor —dije en voz baja. Cuando Will llamó, lo
había explicado todo en un suspiro. Pero en los segundos que tardó en
añadir “su vida no corre peligro” después de decir: “Un conductor ebrio ha
embestido su coche”, se me había pasado el peor escenario posible por la
mente. Atribuí la negatividad al hecho de haber perdido a tanta gente ya:
nuestros padres, Rachel. La idea de perder a Val me había paralizado.
—Lo sé, Landon. Ya hemos pasado por tantas cosas que agradezco
mucho estar viva. De momento es una mi**da. No es que exista un
momento adecuado para estar mala o herida, pero justo ahora con lo del
trato... Gracias por reunirte con ellos hoy. —Jugueteó con la colcha y me
senté en la cama junto a su pierna sana—. Van a abandonar el barco. He
podido oírlo en sus voces, aunque no lo hayan dicho en voz alta.
La había puesto en altavoz en algunos momentos cruciales y no podía
mentir a mi hermana.
—Yo también he tenido esa impresión. Creen que tu equipo no dará
prioridad al proyecto contigo en reposo durante seis semanas.
—Y tienen razón. Quizás pueda trabajar desde casa cuando se me pase
el dolor de cabeza, pero no es lo mismo. Un proyecto nuevo requiere de mi
presencia en la oficina, para motivar y dirigir al equipo. Este proyecto era
mi bebé. Iba a supervisar todo el desarrollo de la línea. Si yo fuera ellos,
también abandonaría el barco.
Desplazó su pierna sana un poco hacia la derecha, y luego volvió a
colocarla donde estaba.
—Quiero comentarte una idea —dije.
Val se detuvo en el acto de reacomodar su pierna.
—Soy toda oídos.
—Podría quedarme durante las próximas seis semanas, poner en marcha
el proyecto, al menos hasta que te quiten la escayola. Conozco el negocio a
la perfección. Has agilizado muchos procesos, pero yo aprendo rápido. Creo
que si ponemos esta oferta sobre la mesa, inclinará la balanza a tu favor.
Val parecía demasiado aturdida para responder, lo que era mucho decir,
porque nada la aturdía hasta el silencio.
—¿Estás seguro? —preguntó al final—. ¿Puedes coger tanto tiempo
libre?
—Tengo un director general interino. Va a tener que asumir más
responsabilidades. Y no es que me vaya a tomar más tiempo libre,
simplemente trabajaré a distancia.
Adam me iba a echar la bronca, pero no me importaba. Había estado
pensando en esto sin parar desde que había notado que a Val se le estaba
escapando el acuerdo entre las manos. Me necesitaban más en Los Ángeles
que en San José.
—Landon, ¿estás seguro?
—Sí. Podemos llamar a Livingston ahora mismo para hacerle la oferta.
Asintió enérgicamente y luego hizo una mueca de dolor. Cogí mi
teléfono y marqué el número de Livingston, poniéndolo en altavoz. La
conversación duró menos de cinco minutos. Se lo tragó a pies juntillas.
—Te abrazaría ahora mismo, pero no puedo —dijo Val después de que
la línea se quedara estática—. Gracias, gracias, gracias. Eres mi héroe.
Alcanzó con su brazo izquierdo la cesta de chucherías y sacó una bolsa
de M&M's. Entonces entrecerró los ojos, como si se hubiera dado cuenta de
algo.
—Un momento. ¿Tu decisión heroica es por mí al cien por cien? ¿O
Maddie tiene algo que ver con ello?
Sonreí mientras le robaba algunos M&M's.
—¿Acaso sería menos héroe si respondiera que sí a la segunda
pregunta?
Val echó la cabeza hacia atrás, riendo, y luego hizo un gesto de dolor,
tocándose las costillas.
—Lo sabía. Vaya, Landon, ¿qué voy a hacer contigo?
—Ya soy un hombre adulto, pitufa. No necesito tu bendición.
—Menos mal. No acostumbro a dar bendiciones. En cambio, volveré a
repartir patadas en el c**o apenas me quiten la escayola.
—Es bueno saberlo.
—Te lanzaría una almohada si pudiera moverme. —Esa era la forma
que tenía Val de expresar su alegría y, a decir verdad, siempre me había
molestado.
—Te ayudaría a moverte, pero no puedo, ya que me darías un
almohadazo. Ya sabes, conflicto de intereses y todo eso.
—No seas tontorrón. Me alegro mucho por ti. Me pareció que pasaba
algo, pero no quería hacerme demasiadas ilusiones. Solo... ten cuidado,
¿vale? Después de todo, vosotros tenéis vidas muy diferentes.
Mi sonrisa desapareció.
—Lo sé.
—¿Has hablado con Maddie sobre esto? ¿Sabe que te vas a quedar más
tiempo?
—No, pero he quedado con ella después de salir de aquí.
—Anoche, ¿habéis...?
—No voy a hablar de mi vida sexual contigo, hermana.
Val sonrió de oreja a oreja y, levantando la bolsa de M&M's, dijo:
—Voy a tomarlo como una confesión. Me los ha traído esta mañana.
Tenía ese típico brillo a su alrededor, no dejaba de sonreír. Ahora sé por
qué. Y tú deberías marcharte. Ya has cumplido con creces con tu deber de
hermano por hoy. Ve a divertirte.
—¿Segura que no puedo hacer nada más?
—Estoy segura. Y Jace me ha enviado un mensaje para decir que se
pasará por aquí. Llegará en unos diez minutos como mucho.
Le besé la frente a Val y luego salí de la habitación. Saber que yo era el
motivo de la sonrisa de Maddie me hizo feliz. Ese día había estado
pensando tanto en ella que me había tenido que salir de la reunión unas
cuantas veces.
Me encontré con Jace al final del pasillo, que estaba desierto.
—¡Landon, hola! ¿Cómo ha ido la reunión? Val estaba muy estresada
por toda la situación.
—Ha ido tan bien que no ha hecho falta que ella estuviera. He decidido
quedarme en Los Ángeles hasta que le quiten la escayola para supervisar el
proyecto por ella.
—Has... ¿Puedes hacer eso? ¿Con todo el asunto de la asociación en
San José en marcha?
—Me las arreglaré. Y veré cómo hacer para que esté cómoda en casa.
Necesitará ayuda para moverse, así que tal vez una enfermera a domicilio...
—Eso déjamelo a mí, Landon. Es imposible detenerte cuando te pones
en modo supertrabajador. —Me dedicó una sonrisa entre dientes—.
Descansa un poco. No tienes que hacerlo todo tú solo. Céntrate en el
negocio, deja el resto para nosotros. El ascensor está detrás de mí. Entra
antes de que empieces a comentar los detalles conmigo.
Le devolví la sonrisa, porque tenía razón. Teníamos muchos detalles que
revisar, pero podríamos encargarnos de todo eso por la mañana. En ese
momento, tenía la necesidad de ver a Maddie.

Continuará……
Layla Hegan✍️
Elefante Rosa En La Luna 🌙

Address

Mendota, IL
61342

Website

Alerts

Be the first to know and let us send you an email when Elefante Rosa En La Luna posts news and promotions. Your email address will not be used for any other purpose, and you can unsubscribe at any time.

Share

Share on Facebook Share on Twitter Share on LinkedIn
Share on Pinterest Share on Reddit Share via Email
Share on WhatsApp Share on Instagram Share on Telegram

Category