12/14/2023
¡Hoy conocí por primera vez las esposas!
Retomo apartes de mi libro "Al fin conocí la nieve", para dar a conocer que te puede pasar al soñar con un nuevo estilo de vida en un lugar diferente a tu país. No basta la información, ni la asesoría de un abogado como en mi caso que me esperaba al cruzar la frontera de EEUU a Canadá.
Milford, Connecticut.
Bendicenos DIOS mío en este día. Sé que tú vas a satisfacer todas nuestras necesidades y harás lo correcto en nuestras vidas, hoy, aquí y ahora. Estoy algo tensa, nerviosa y con temor, pues es un día muy significativo ya que prácticamente ya casi coronamos el viaje.
Llevamos 5 días de viaje desde que salimos de Miami, nos has protegido de las tormentas, los tornados, desastres que hemos dejado atrás de nuestro paso, pues cruzaremos,Massachuchusetts, Vermont y finalmente llegar a la frontera de Quebec, Canadá.
Después de haber entrado a su país, de pisar suelo Canadiense por varias horas y tomar todos mis datos, de una manera inesperada, aberrante, grosera y sin sentido decidieron deportarme nuevamente a EEUU, al país del cual hacia una horas había abandonado por orden del juez y que por ninguna razón o caso podía volver a pisaro entrar, pues sería encaecelada. Ya la protección como asilada política llegaba a su fín. Efectivamente, me llevaron a la frontera con Vermont, donde me esperaban varios oficiales de inmigración de EEUU.
¡Qué horror, que pánico, que espanto!.. y dolor sentía en esos momentos, sinceramente era tanto el el miedo y pánico que quería morir.
Me recibieron con brazos atados por las cadenas frías de la muerte, y me montaron de nuevo en un carro oficial, más fúnebre que uno de verdad. Luego me escoltaron armados como a una delincuente y me llevaron a sus oficinas donde me ficharon, tomaron fotos, huellas, huellas y todos mis datos para después llevarme a una correccional estatal (cárcel) del mismo estado.
Inicialmente cuando los oficiales le informaron a Ricardo en inglés que me llevarían en pocos minutos a una prisión, ahí si me horroricé y me dije:
-¡¡¡¿Cómo?...que iré a una cárcel, no puede ser!!!
-¡Ir a lo que más le temía, la prisión. No puede ser!
Por eso cumplí la orden del juez correctamente, la de abandonar el país en menos de tres meses.
Le supliqué a Ricardo que les dijera y les pidiera en inglés, a los oficiales de inmigraciónque esperaran a que amaneciera para llevarme a ese lugar, pues tenía miedo e imaginaba lo peor.
No aceptaron y se apresuraron a separarnos y esposarme para partir al nuevo lugar a las tres de la madrugada.
Buscaba en medio de la oscuridad el posible lugar donde acabarían con mi vida:
-¡¡Me van a matar, dónde lo harán y tirarán!!
Hubo un momento en que los osficiales detuvieron el carro, se miraron y se voltearon a mirarme, e inmediatamente se regresaron:
-¡¡Me van a matar, me van a matar!!
Luego descubrí que se habían equivocado de camino y que por la nieve algunas señalizaciones estaban tapadas, de ahí la confusión.
Lo más extraño que pasó, fue que hubo un momento en que en el fondo de mi corazón, en que viví y sentí PAZ, me decía:
-¡¡Cumplí!!
Sentía paz por haber dedicado años de trabajo, tiempo con amor y esfuerzo en medio del exilio voluntario a cumplir mi meta y propósitos lejos de mi tierra: Estudiar, trabajar y luchar por mis adorados hijos.
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