07/29/2021
A vos: Escúchate y permití que te escuchen.
A quienes escuchen: Si no tienen nada que decir que no sea otra cosa que: Agradezco que me digas lo que estas sintiendo y estoy aquí para ayudarte sin juzgarte.
De lo contrario no presionen. Presionar y juzgar es igual a: ¡TU puedes!, arriba! tienes que ser fuerte! …eso no es nada…! ¡Mirá para otro lado y seguí … no importa a dónde! Que a la vez es negar una realidad de la cual no se sabe cómo “AYUDAR” de otra manera que empujando. ¿Pero hacia dónde? Pero…. ¿quién no lo ha dicho alguna vez? ya sea a un ser querido o un afecto cercano? Y sería muy hipócrita de mi parte decir que nunca lo he hecho. ¡Yo también lo he hecho alguna vez!
Entrelineas, con estas frases fuera de animar a ciertas personas, muy por el contrario no se les esta ayudando, e inclusive generan aun más malestar.
Estas “buenas intenciones” lejos de ayudar en casos severos, perjudica. Esto es una de las tantas enseñanzas que me han dado mis pacientes a lo largo de mi práctica clínica. Comparto con ustedes para que se entienda que no basta con la “buena voluntad”. En la mayoría de las veces, es arrimar a personas a que se sientan aún más con el ánimo deprimido/ansioso por la presión que se ejerce en ellos, y llevarlos a un lugar de mayor vulnerabilidad: De incomprensión, soledad, desamparo, y en ocasiones de culpabilidad por no “rendir” como se espera de él o ella.
Cuidemos y cuidémonos. Y que este cuidado sea en su doble aceptación de la palabra: ¡cuidado de “apapachar” y cuidado de estar “alerta”! frente a las señales que se puedan presentar.
Lic. Ana Rita Franco, LMFT.