10/15/2025
Marco Aurelio era el emperador más poderoso del mundo. Cada día despertaba en un palacio de mármol, rodeado de lujos y poder absoluto.
Pero cada mañana se recordaba a sí mismo: "Memento mori. Recuerda que eres mortal."
En las procesiones triunfales romanas, cuando los generales victoriosos desfilaban como dioses, un esclavo caminaba detrás susurrándoles al oído: "Memento mori."
Marco Aurelio llevó este principio más allá. Escribió en sus "Meditaciones": "Podrías partir de esta vida en este mismo momento. Deja que esto determine lo que haces, dices y piensas."
No era mórbido. Era liberador.
Cuando recordaba su mortalidad, dejaba de postergar lo importante. Dejaba de aferrarse a lo trivial. Dejaba de vivir en automático.
La vida es un préstamo, no una propiedad. Cada día que vives es una moneda que no vuelve. Usa el tiempo como si fuera lo único que tuvieras... porque lo es.
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La vida es un préstamo, no una propiedad. Cada día que vives es una moneda que no vuelve. Usa el tiempo como si fuera lo único que tuvieras... porque lo es.