10/15/2024
La historia del frasco vacío y las piedras grandes
Un día un profesor de filosofía que decidió enseñar una lección de vida a sus estudiantes. Un día, entró en clase con un frasco de vidrio vacío y varios objetos. Los estudiantes lo miraban con curiosidad.
Primero, el profesor colocó dentro del frasco unas cuantas piedras grandes, hasta que no cupieron más. Luego preguntó:
—¿Está lleno el frasco?
—Sí —respondieron los estudiantes.
Entonces, el profesor tomó un poco de grava y la vertió dentro del frasco. Las pequeñas piedras se colaron entre los espacios de las piedras grandes. Sonrió y volvió a preguntar:
—¿Está lleno ahora?
Los estudiantes insistieron, aunque ya dudaban un poco.
El profesor tomó una bolsa de arena y la esparció en el frasco. La arena llenó los espacios vacíos que quedaban entre la grava y las piedras grandes. Luego les preguntó:
—¿Y ahora? ¿Está lleno?
—¡Sí! —dijeron los estudiantes, seguros de que esta vez sí estaba completamente lleno.
Finalmente, el profesor sacó una jarra de agua y la vertió sobre el frasco. El agua empapó la arena y llenó cada rincón del frasco.
—Ahora bien —dijo el profesor—, quiero que piensen en este frasco como la representación de su vida. Las piedras grandes son las cosas más importantes: la familia, los amigos, la salud, los sueños. Si perdieran todo lo demás y solo les quedaran estas cosas, su vida aún estaría plena.
—La grava representa otras cosas importantes, como el trabajo, la casa, el coche. La arena son las cosas pequeñas: los asuntos cotidianos, las preocupaciones menores.
—Si primero llenan el frasco con arena, no habrá espacio para las piedras grandes. Lo mismo ocurre con la vida. Si llenan su tiempo con lo pequeño, no tendrán espacio para lo que realmente importa.
Los estudiantes se quedaron en silencio, reflexionando. Entonces uno de ellos levantó la mano y preguntó:
—¿Y el agua?
El profesor sonrió y respondió:
—El agua representa los pequeños momentos de felicidad. No importa cuán llena creas que esté tu vida, siempre hay espacio para disfrutar de esos pequeños instantes.
Lección de vida:
Prioriza lo que realmente importa. La vida siempre tiene espacio para esos pequeños momentos de felicidad, pero solo si te aseguras de primero cuidar lo esencial.