04/11/2025
Trastornos de la Personalidad
Una mirada integradora desde la experiencia humana
La personalidad se define como la forma en que nos relacionamos con nosotros mismos, con los demás y con el mundo. Se desarrolla desde la infancia y se construye a partir de nuestro temperamento, emociones, inteligencia, entorno y experiencias. Es una expresión única de nuestra identidad y, a través de ella, buscamos adaptarnos al entorno social.
Cuando esta forma de ser se vuelve rígida, inflexible y genera sufrimiento o problemas constantes en nuestras relaciones interpersonales, laborales o en la vida diaria, podemos estar ante un trastorno de la personalidad.
Es importante destacar que un trastorno de la personalidad no se trata de “locura”, maldad o falta de voluntad. Es un conflicto interno profundo, arraigado en la forma en que la persona interpreta la realidad, se percibe a sí misma y responde al mundo.
Características comunes en todos los trastornos de la personalidad:
* Autoconcepto distorsionado: Las personas no se perciben como los demás. Pueden sentirse inferiores, superiores, inadecuadas, inseguras o incomprendidas.
* Relaciones difíciles: Les cuesta confiar, conectar o vincularse de manera sana. Pueden aislarse, manipular, depender o enfrentarse con los demás.
* Respuestas emocionales desadaptadas: Reaccionan con impulsividad, retraimiento, ira o ansiedad ante situaciones que otros manejarían con mayor equilibrio.
* Clima interno alterado: Experimentan una energía emocional tensa, ansiosa o bloqueada que afecta su percepción y decisiones.
Tipos generales de trastornos:
* Algunos se aíslan o desconfían de todos.
* Otros viven al límite emocional, oscilando entre la dependencia y la ira.
* Algunos necesitan ser admirados o llamar la atención constantemente.
* Otros temen ser rechazados, buscan aprobación excesiva o son perfeccionistas al extremo.
Una visión más humana:
Las personas que sufren un trastorno de la personalidad viven con un dolor profundo que, en muchas ocasiones, pasa desapercibido para los demás. No eligen ser así. Simplemente aprendieron a sobrevivir de esa manera, arrastrando un peso emocional que puede ser muy difícil de sobrellevar.
Heridas, traumas, confusiones o mandatos del pasado pueden generar patrones de comportamiento. Estos patrones no se modifican con consejos, críticas o juicios. Se transforman con comprensión, apoyo profesional, voluntad interna y, principalmente, con tiempo. El primer paso es reconocer la existencia de un conflicto y atreverse a transformarlo.
Reflexión final:
Todos tenemos derecho a buscar una vida más plena. Un diagnóstico no define a nadie. Las personas no son sus síntomas, son mucho más que eso. Con ayuda, autoconciencia y decisión, es posible reconstruir la relación con uno mismo y recuperar la libertad interior.
Javier E.