10/20/2025
Hoy una vez más complete el medio maratón de Detroit.
Bajo la lluvia, con viento pero con el corazón pleno. Cada año volver a este camino me recuerda quién soy, me ancla, me centra.
A través del tiempo me he dado cuenta que soy de las que se aferra a las fechas, a las experiencias, a los lugares que dejan huella. Y este medio maratón se ha convertido en eso para mí: en un amuleto.
Cuando pierdo el rumbo o la luz que me guía... entrenar para esta carrera me vuelve a conectar conmigo misma.
A lo largo de esos 21 kilómetros entre todo lo que pensaba, agradezco estar aquí, en este país que hace años me costó aceptar. Créeme ¡Yo no quería venir!
Y sin embargo, hoy puedo mirar atrás y ver cuánto he crecido en este lugar.
Estados Unidos es para mí un país que
ha sido un maestro: duro, exigente, pero lleno de aprendizajes.
Y aunque a veces lo que se vive aquí es difícil —la migración, la adaptación— cada día intento agradecer por todo lo que he recibido, por lo que he conocido y por las posibilidades que este país ha abierto para mí.
Correr, se ha vuelto una forma de diálogo interno.
Una manera de conectar con mis pensamientos más profundos, con mi voz interior, con mi alma.
Cada paso me recuerda cómo quiero vivir: presente, libre, consciente.
Y sí, esta carrera es una metáfora de la vida.
Hay momentos de alegría, de dolor, de frustración, de satisfacción.
Y sobre todo que la vida es así, lluvia, viento, un curso inesperado, diferente.
En donde a veces queremos rendirnos. Pero
sabemos que el único camino es seguir. Y fluir...
Y en medio de todo eso, aparece la humildad.
Cuando crucé la meta, una mezcla de emociones me atravesarón: el cansancio, la alegría, los recuerdos de todas las veces que pensé “no puedo”.
Pero también el orgullo de haberlo intentado, de haber disfrutado el camino, de haberme transformado. Porque, al final, el camino es lo que realmente cuenta.
Y entonces, me repito mi frase de siempre:
¡Cómo chingaos no!
Porque estoy viva, preparada, agradecida y con el corazón lleno.
Porque lo hago por el puritito gusto, por elección, por amor.
Asi que hoy
Querido medio maratón,
yo no quiero que valgas la pena.
Quiero que valgas la alegría, la fe, el silencio y el amor.
Que valgas la vida.”
Y eso, para mí, es correr.
Es sanar.
Es vivir.