06/21/2024
ARCHIPIÉLAGO, EL LEVIATÁN, Y LA REPÚBLICA
1-Archipiélago
Archipiélago, como tantos otros, fue un fracaso. Su intención de capitalizar la participación cívica de los jóvenes y los ciudadanos en general que en su día veían cerca un cambio de sistema político, social y económico en la isla cubana sirvió para nada. O mucho si prestamos atención a Yunior García Aguilera y todo lo que su nombre, presencia física, y accionar social genera, acapara y esparce. Sin ánimo de ofender, me voy a permitir el lujo de llamar al Sr. Yunior García “el señorito de la rosa blanca”. Mis disculpas de antemano por el malestar que esto pueda generar a propios y ajenos.
El señorito de la rosa blanca, luego de aquel soso 25 de noviembre, devino en alguien con determinada influencia dentro del panorama político de Cuba. Un influencer en toda regla, dado que se ha convertido en un referente de… no sabemos de qué exactamente, pero su influencia es ostensible. La buena noticia es que todavía le queda un trecho bastante amplio por recorrer para convertirse en un líder político; por más que su intelectualismo, armónica apariencia, y verborrea demagógica lo catapulten hacia este ambicionado sitial. (Ignoren, por favor, cuando el señorito de la rosa blanca les hable del tópico sofista de la verdad de un país para luego auto posicionarse lejos de la acción política. Esta es la dialéctica de los comunistas, negar lo que realmente afirman. Quien no es capaz de encontrar la verdad de sí mismo, encontrará la verdad de su país en la ideología comunista de su partido.)
Para dejar ya a un lado al señorito de la rosa blanca, permítanme agregar una última observación. Es única y exclusivamente la maquinaria adoctrinizadora del partido único con sede capital en La Habana, la instancia de poder que se reserva la potestad de promover al señorito de la rosa blanca hacia la dignidad de líder político. En efecto, él y su pandilla de alfabetizadores de la adoctrinización ya han recibido la orientación de agruparse (en el momento indicado) bajo la nomenclatura del partido democrático cubano. Cualquier otra cosa parecida que ocurra en el futuro, no hará más que confirmar lo que ya, a través de los canales pertinentes, la propaganda socialista de la isla ha ordenado.
2-El Leviatán
El leviatán ha sido otro fracaso más. Éste, dentro del ámbito académico, en donde pretendía convencer a los incautos de que la utopía del líder perfecto es históricamente viable. Solo su desaparecida portavoz (desaparecida, si es que los fantasmas existen) y un par de referencias en las redes dan cuentas de que este fiasco es histórico, y que, en términos políticos, de evidente saldo de valor cero. Nada, que mientras más se esfuerzan los comunistas por ser intelectuales, más aún prolongan el alcance moral, estético, y cívico de su supina imbecilidad.
Eso sí, el objetivo adoctrinizador de la cátedra de arte de conducta, matriz y nodriza del levitan; cátedra que con toda seguridad es un brazo ejecutivo del partido único con sede capital en La Habana; su objetivo ideológico, digo, está siendo cumplido a cabalidad. El objetivo adoctrinizador de la cátedra de arte de conducta, al diseñar el leviatán, no es otro que debilitar políticamente a su temido enemigo, a saber, el exilio cubano, Si no me creen, pregunten en Massachusetts por la ideológica del partido democrático cubano.
El resultado es este: soliviantada la participación ciudadana de la masa social de los cubanos con sentido y ansias de libertad con el fracaso de archipiélago; un pretendido jaque mate al liderazgo político del exilio cubano le sobreviene en forma de activismo social y como consecuencia del fracaso del leviatán.
Puesto que la adoctrinización de más de 60 años a los isleños nos ha privado en general del entendimiento y la pericia necesarias para plantarnos en las arenas de la política y ser allí un actor protagónico, el activista social se convierte en el ser más parecido a un líder político, y cuyas prestaciones pueden, ilusoriamente, sustituir sus funciones. Esto, queridos lectores, no procede así, aunque desgraciadamente nuestros queridos youtubers/influencers cubanos anticomunistas y activistas por la libertad de Cuba parecen no escatimar esfuerzos en intentar convencer de lo contrario a cuanto cubano interactúa con ellos.
Así las cosas, el leviatán se presenta como ese héroe idílico de la resistencia y la lucha anticomunista por la libertad de Cuba; que tangencialmente, además, también es activista cultural, político, artístico, literario y por los derechos humanos; que, por si lo anterior no fuera poco, tras muchos esfuerzos y sacrificios y siempre por un ideal de lucha anticomunista, se convierte, créalo o no, en influencer; y para rematar la faena, como ya sabemos, que es “alumno aventajado” de la cátedra de adoctrinización del ISA (cátedra de arte de conducta para la plebe), el leviatán no nos deja más opciones que no sean temerle, reverenciarle, imitarle y amarle.
Así es como (uno,varios, o todos) nuestros queridos youtubers/influencers cubanos anticomunistas y activistas por la libertad de Cuba terminan, sin mérito político alguno, autoproclamándose líderes políticos sin cumplir los mínimos requisitos que semejante título demanda.
Antes de que repasemos cuáles son estos requisitos, permítanme comentarles que el resultado popular de semejante error-ignorancia política es la prolongación de la orfandad de líderes políticos en el exilio cubano y el retraso de la adquisición de nuestra adultez como comunidad exiliada, para patentizar el poder político que podemos alcanzar y que (no os dejéis engañar) está al alcance de nuestras manos.
3-La República
La república como noción arquetípica del carácter social del ser humano nunca conocerá el fracaso. En este contexto es que toma sentido la especialización educativa del buen gobernante como líder garante de la salud de la república. Esto es algo que, por más que los hijos de archipiélago y los engendros del leviatán intenten manipular, sus mentes adoctrinizadas nunca podrán conseguir. La izquierda maldita tiene secuestrada sus almas y bloquea por defecto todo el razonamiento y análisis puramente sapiencial de su intelecto.
Así es que no le podemos pedir a ninguno de los militantes de estos dos grupos que interpreten e interioricen adecuadamente la máxima platónica de los gobernantes-filósofos que de una forma u otra (conservadora, contractual, liberal, anarquista), ha acompañado la teorización en torno a los orígenes y razón de ser de los distintos tipos de gobiernos en los conglomerados humanos y, con la modernidad, los orígenes y razón de ser del estado y su legitimidad. Todo esto, desde que Sócrates pusiera la primera piedra de la filosofía política.
El paradigma del gobernante-filósofo de Platón tiene su concreción histórica en lo que hoy comúnmente conocemos como líderes políticos, esos ciudadanos de una región concreta y políticamente gobernable, que por tener una agenda política (legitimidad partidista) que acompasan con unas virtudes administrativas (legitimidad técnico-moral) y una acumulación de méritos sociales (legitimidad pública), pueden reclamar para sí la aprobación de la opinión pública mayoritaria y traducirla en la ocupación del poder político allí donde se les declara legítimos vencedores de una campaña político-electoral.
En este sentido, huelga enfatizar que por más que nuestros queridos youtubers/influencer cubanos anticomunistas y activistas por la libertad de Cuba pretendan consciente o inconscientemente llenar el vacío de líderes políticos de que adolece el exilio cubano arrogándose para sí este rol y representatividad, la verdad es que el traje les queda muy grande. Y si, aun así, deciden que el liderazgo político es lo suyo y asumen el personaje (cosa que hacen con insultante frecuencia), lo único que consiguen, consciente o inconscientemente es hacerle el juego a la dictadura que pretenden derrocar.
Pongamos un ejemplo. Javier Milei, presidente de Argentina, es un indiscutido líder político que ha logrado el poder ejecutivo de su país con una agenda, virtud y méritos políticos propio y de su grupo de colaboradores más cercano. Un proceso así de consumación y ejercicio del liderazgo político, haría mucho bien al exilio cubano.
En contraposición, lo que tenemos es a nuestros queridos youtubers/influencers cubanos anticomunistas y activistas por la libertad de Cuba usando con mayor o menor acierto los términos propios de la derecha tales como conservador, republicano, libertario, liberal, constitucionalista, ´batalla cultural, y un largo etcétera, para legitimar su auto-consagración como líderes políticos de la nueva derecha.
Digámoslo de este otro modo, aunque archipiélago nos haya querido vender lo contrario, y el leviatán haya esparcido su veneno adoctrinizador en nuestro exilio engañando y manipulando a muchos, la verdad es que en Cuba no hay y no podemos esperar un pensamiento político de derechas.
Allí solo existe la izquierda. De allí solo podemos esperar la izquierda. De allí solo vendrá como emigrante y pretendiendo ser un exiliado más de nuestro exilio cubano gente que siendo quizá muy buena (o gente, desgraciadamente y con más frecuencia de lo razonablemente admisible, que es radicalmente lo opuesto: chivatones, comunistas, agentones y agentitos, y mucha adoctrinización); emigrantes, todos ellos, digo, que, aunque lo nieguen y lo renieguen, juren y perjuren ante Dios, la Virgen, o la pantalla de un teléfono inteligente, todos ellos, hermanos cubanos, digo, aunque no quieran serlo, son ideológicamente de izquierda.
Es bien sencillo de entender con esta breve explicación. En Cuba solo existe la izquierda en tres variantes muy zurdas todas ellas: la izquierda muy mala (la dirigencia comunista y su interminable aparato burocrático), la izquierda menos mala (los que resuelven y dejan resolver sin molestar demasiado al sistema), y la izquierda que no quiere ser izquierda pero es zurdísima (artistas, comerciantes, opositores, periodistas independientes, etc.). Con semejante caracterización, cuya prueba irrefutable es la experiencia acumulada por más de 60 años compartiendo exilio con toda una nutrida delegación de agentes adoctrinizadores engendros del leviatán, no es aconsejable esperar que de la isla cubana salgan los líderes políticos que el exilio cubano necesita. O formamos nuestros líderes políticos nosotros mismos desde la clara conciencia de ser , o la dictadura nos seguirá tomando el pelo.
Y, aviso a navegantes, quienes arrastran tamaña y tozuda zurdancia en sus vidas, en su juicio y en su intelecto, nunca serán un buen apoyo para el éxito de la gestión política de los exiliados cubanos que ocupen sillas de poder político en ningún área de gobierno local o de mayor escala. Cabe destacar que una cosa es la campaña política previa a las elecciones y otra la gestión política. Ésta última es perfectamente diferenciable de la mayoría de votos por alcanzar o ya alcanzada, y diferenciable también del liderazgo y aceptación políticos.
En conclusión, lo que hasta el momento no pueden hacer nuestros youtubers/influencers cubanos anticomunistas y activistas por la libertad de Cuba, por y para sí mismos, esto es convertirse en líderes políticos, tampoco lo podrán hacer por y para los demás. De momento, ellos podrán, como mucho, en el ámbito del liderazgo político, ser un conjunto de islas influenciadoras y/o una utopía activa de autoconciencia colectiva exaltada y perfeccionista del idealista quehacer transformador de los elegidos en la sociedad. Es decir, nada.