04/19/2025
🌟 DE JESUS PARA TI🌟
“EL CAMINO DE LA LUZ ENTRE CAÍDAS”
Hoy es uno de esos días donde el alma del mundo recuerda mi paso por la Tierra.
Muchos lo ven como el día del dolor, del castigo, del sacrificio… Pero Yo no lo viví así...
Mi corazón no se quebró en el Calvario, ya lo había hecho mucho antes, al mirar cómo la humanidad se había olvidado de su propia luz.,para vivir en la obscuridad.
Aquel camino hacia la cruz, que muchos temen recordar, fue para mí un sendero de profundo amor y esperanza.
No fui llevado como un cordero al matadero, como algunos dijeron. Fui como el sembrador que lleva su semilla hasta el final del surco, sabiendo que su entrega hará florecer un y nuevo renacer de amor y conciencia suprema.
La primera caída no fue por debilidad física, sino por el peso de todas las creencias, apariencias y maldad que ustedes han aceptado como cadenas:
Palabras que me duelen..
“No soy suficiente”, “No merezco amor”, “Estoy separado de Dios”.
Al caer, sentí ese peso… y también sentí cómo la Tierra misma me sostenía, como recordándome: “Eres parte de todo. Y todo está contigo”.
La segunda caída vino cuando vi los rostros de quienes me amaban sufrir.
Mi Madre, mi amada María, estaba allí.
Sus ojos, llenos de luz, no temblaban.
Ella no lloraba por mí, lloraba por ustedes… por cada uno que aún no ha recordado que no vinieron a esta vida a cargar cruces ajenas, sino a liberar su corazón.
Y junto a ella, María Magdalena.
Oh, cuánto amor emanaba su alma…
Mi madre no buscaba detener lo inevitable, sino caminar a mi lado, Para sostener la llama viva del amor , Aquel Que Es Eterno, que cura, que sana y toca el alma.
La tercera caída fue la más profunda.
Fue cuando el ego del mundo me gritaba: “Sálvate a ti mismo si eres Hijo de Dios”.
Y en ese grito resonaba la voz de la toda humanidad que no comprende aún que el verdadero poder no está en evitar el dolor, sino en darle un nuevo sentido
Me levanté, no con mis fuerzas, sino con la fuerza de todos aquellos que algún día elegirían el perdón, el amor, la compasión y la misericordia.
En el monte, al ser crucificado, dos ladrones estaban conmigo.
No eran ladrones de objetos… eran almas que habían olvidado su origen y su legado.
Uno me reclamó enardecido por la multitud y el odio.
El otro me reconoció.
Y a ese, con dulzura, le respondí:
“Hoy estarás conmigo en el Paraíso”.
No porque hiciera algo “correcto”, sino porque su alma recordó, aunque sea por un instante, su esencia divina.
¿No es acaso eso el Paraíso?
Un instante de reconocimiento, de comunión con el Amor que siempre ha sido.
Y allí, en lo alto de la cruz, miré una vez más a mi Madre…
Ella no pedía milagros, no maldecía al mundo que me crucificado.
Solo amaba y aceptaba la voluntad de mi Padre Celestial.
Y al ver al discípulo que más había comprendido, le dije:..
“Mujer, he ahí tu hijo. Hijo, he ahí tu madre.”
Y no lo dije solo para ellos, lo dije para toda la humanidad.
Para que comprendan que el amor crea lazos eternos, que la verdadera familia no siempre es de sangre, sino de alma.
Mi último suspiro no fue un fin.
Fue una expansión de amor en el universo..
Fue el instante en que el velo se rasgó y el Amor pudo entrar en el corazón del mundo sin miedos y barreras..
Muchos aún lo interpretan como derrota…
Pero les digo, fue el mayor acto de amoy y libertad de la humanidad entera.
No morí en la cruz... Morí al ego a la ignorancia y la opresión humana.
Y desde ese momento, vivo en cada alma que elige amar más allá del dolor de la tempestad, la pruebas y las apariencias falsas.
Hoy, no conmemoren mi muerte.
Recuerden mi enseñanza...les enseñe con hechos más que con palabras..
No sigan llevando cruces que no les pertenecen...
No se olviden de la ternura...la compasión y la verdad porque la llevan en su alma..
Dejen que sus caídas les hablen.
Que su camino, aún en sombras, les muestre los milagros escondidos.
Y sobre todo…
No olviden jamás que están hechos del mismo Amor que me sostuvo en cada paso.
Y ahora, mírenme.
Hoy les extiendo mi mano, como en la imagen que ven.
No vengo a exigir sacrificios, ni a recordarles culpas…
Vengo a decirles:
“Estoy aquí. Te ofrezco mi mano para que recuerdes quién eres.
No permitas que el mundo sea tu calvario, ni tus problemas tu cruz.
Toma mi mano, camina conmigo.
Juntos transformaremos tu dolor en camino, tu caída en vuelo, tu miedo en fe y esperanza..
Estoy contigo. Siempre.”
Con ustedes, hasta el fin de los tiempos hasta la eternidad.
Yo Soy, Jesús
Yo Soy el Pan de Vida.
2) Yo Soy la Luz del Mundo. ...
3) Yo Soy la Puerta
4) Yo Soy el Buen Pastor. ...
5) Yo Soy la Resurrección y la Vida. ...eterna
6) Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida. ...
7) Yo Soy la Vid Verdadera
"...Entonces dijo a los discípulos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga" Amen!!
Tex.web.edt.
Luzmila Salmon.