08/03/2025
Por todas las hijas inteligentes, ignorantes, perdidas y sabelotodo.
Por las hijas que toman el camino directo y por las que van a trancas y barrancas.
Por las que están aprendiendo a llorar de nuevo y también a reír.
Por todas ellas, independientemente de si están completas, curadas o no, y de cuál sea su clase, clan, océano o estrella.
Por todas las hijas que heredaron amor en abundancia de las queridas ancianas que ya dejaron este mundo, pero que todavía las visitan.
Por todas las hijas que alguna vez oyeron sin querer el consejo de una sabia que iba destinado a otra, pero que supieron aprovechar esas palabras correctas en el momento adecuado para encender una chispa que iluminó su mundo de entonces en adelante.
Por todas las hijas que oyeron palabras sabias y no las entendieron, pero las guardaron para el día en que llegaran a comprenderlas.
Por las hijas que reman solas y que encuentran por necesidad a sus ancianas en preciados libros, en reveladoras imágenes de cine, en cuadros, en esculturas, en la música o en la danza.
Por las hijas que adquieren el sentido común y las actitudes necesarias que aportan los espíritus de sabiduría curtidos y fugaces que aparecen de noche, en los sueños.
Por las hijas que están aprendiendo a escuchar a la anciana sabia de su mente que se manifiesta en forma de extraña sensación interior de clarividencia y de intuición a la hora de oír, sentir y actuar.
Por las hijas que saben que esa fuente de sabiduría interior es como la olla de gachas del cuento de hadas que, gracias a la magia, nunca se vacía por mucho que se derrame
Por ellas. Benditas sean su hermosura, su pena y su búsqueda. Que nunca olviden que las preguntas no encontrarán respuestas hasta que consideren ambas formas de ver las cosas: la lineal y la interior.
Clarissa Pinkola Estés
El baile de las mujeres sabias 🙏🏽✨