28/07/2021
Si me tocas suave y dulcemente,
si me miras y me sonríes,
si me escuchas algunas veces antes de hablar tú ...yo creceré ,creceré de verdad
Bradley
Es un hecho por demás curioso estar inmersos (aparentemente) en la era de la comunicación en su más amplia gama de acepciones y sin embargo y muy a pesar de... NO NOS ESTAMOS ESCUCHANDO
Escuchar al otro se ha vuelto un ejercicio raro y extenuante , a tal punto que nos agobia y preferimos terminar hablando de uno mismo o lo que es peor oír sin escuchar , generando en el otro la gran frustración de caer en un vacío. Es por eso que es recurrente en el espacio terapéutico el reproche constante hacia el otro "el/ella no escucha lo que le digo...es como hablar con la pared"
Si la base de una buena interacción, de una buena comunicación es la dialéctica entre alguien que habla y otro que escucha (y viceversa) porqué nos cuesta tanto conceder ese privilegio de "ser escuchado"? Quizás tenga que ver con la idea de que vivimos cada vez más apurados y no tenemos ese "tiempo emocional " que el otro nos solicita? Quizás sea que no sabemos que hacer con lo que el otro nos dice y por eso es mejor no saber y por ende no escuchar?
Saben que en muchas ocasiones el que habla SÓLO pretende ser escuchado y no necesariamente busca una respuesta ? Hay muchas formas de responder a quien nos pide atención, puede ser una mirada sostenida ,una caricia bien entendida , un abrazo dado a tiempo , una sonrisa cómplice o una lágrima amiga....todo eso también es ESCUCHAR ...porque es estos casos escuchar es SOSTENER AL OTRO para que no caiga, para que no se sienta solo.
Porque de eso se trata y aunque quizás ese a quien le hablo no me entienda del todo o no me responda lo que yo necesito escuchar, aún así es un fiel testigo de lo que siento, de lo que soy , de mi existencia toda y eso...eso ya es un montón.