
18/10/2022
Me contó un amigo que su padre decía eso a cada cosa que estaba ahí.
Nada está ahí porque si. Ni las cosas que nos pasan, ni los vínculos que hacemos, ni los sueños que soñamos, ni los pensamientos que tenemos, ni las emociones que vivimos.
Todo está ahí por algo, para enseñarnos algo.
Nosotros no estamos acá sueltos. Estamos sujetos a la red que nos dio vida y también a los momentos de nuestra vida que fue configurando nuestra historia. Ese gran micelio que vamos hilvanando a nuestro pasar.
Muchas veces no logramos entender las cosas que nos pasan cuando nos están pasando, y en esos casos recomiendo confiar. Confiar en que cuando viene algo nunca es porque sí. Se trata de espejos de aquello que debemos aprender.
Todos venimos de un linaje que nos da una misión, una tarea para continuar el crecimiento de nuestra genealogía. Hay un orden mayor que a veces no comprendemos, pero al verlo zenitalmente se empieza a sentir la armonía.
Así como nada está suelto ahí nosotros tampoco. No estamos solos, damos sentido a un orden mayor. Nuestro accionar impacta en todo nuestro entorno, somos redes, infinitos entramados de vinculaciones que vamos armando una malla mayor que sostiene energías muy potentes.
Con esto quiero compartir que no estamos solos nunca. Y cuando lo sientas, recordá que hay algo que sostiene siempre. Vínculos, energías, nosotros mismos con los recursos que creamos. Confiar en eso es un tesoro. Abracémoslo.