06/05/2024
Adentrarnos en nuestra naturaleza interior es un viaje sólo para valientes.
Con suerte sabemos dónde y por qué inicia el recorrido: una herida antigua que es tiempo de revisar, una enfermedad, una pérdida, una ruptura, y también todo eso junto. En definitiva un gran dolor imposible ya de ignorar.
Y partimos con esa certeza, la del dolor que es preciso aliviar en el cuerpo y en el alma. Más desconocemos qué hay más allá de el, hacia dónde nos conduce, con qué nos vamos a encontrar. Y ciertamente no tod@s estamos listos para semejante aventura. Porque lo desconocido da miedo, y muchas veces el miedo paraliza.
Por lo mismo, el trabajo interior no es para tod@s, y en el proceso esto se va decantando. Y no pasa nada que no sea para tod@s. Pues hay quienes eligen aferrarse al beneficio que les brinda ese dolor, esa forma de vivir, sentir, etc. Y eso no se juzga, no está bien, ni tiene caso insistir en despertar a quien desea permanecer dormid@, pues sus motivos tendrá.
Más si eres del tipo de persona que se siente llamada a la transformación profunda de su humanidad; sabes bien que los cambios que deseas para tu vida ni vienen de afuera, ni son recetas , ni se logran sin trabajo interior.
Requieren sí proceso… Y el proceso implica tiempo, compromiso, esfuerzo, paciencia y compasión contigo mism@.
Nadie puede caminar tus pasos. Más si estás dispuest@, te puedes dejar acompañar un rato. Y eso aliviana muchísimo el camino.
Cuál camino? Tu alma sabrá guiarte, escúchala con humildad y amor. Pues es proceso es una búsqueda para toda la Vida… Una alegría de estar despiert@s
Cuando nos animamos a agarrar a miedo de la mano e internarnos en lo profundo de nuestro bosque y encontrarnos con nuestro mayor dolor, ese que aún hoy no nos deja movernos; entonces podemos estar segur@s de que es el camino cierto.
Un camino donde nos sentimos validadas, escuchadas, sostenidas,protegidas, amadas y a salvo para abrirnos a toda nuestra vulnerabilidad y oscuridad.
Te prometo que del viaje emerges mas sabí@, con herramientas para curarte a ti y para compartir con el mundo. Con una medicina única en su especie, la de la esencia de tu Alma.
Abrazo, Ana