17/08/2024
¿Cómo saber cuándo estoy forzando de más o haciendo algo equivocado?
Regla de seguridad
Esfuércese sin forzar. Cualquier incomodidad, dolor, aceleración cardíaca o transpiración en exceso son avisos de nuestro organismo para que seamos más moderados. Los ásanas no deben cansar, sino recargar nuestras baterías.
Factor acumulativo
Un interesante factor de protección en nuestro Yôga es que la técnica más poderosa, capaz de potencializar fuertes efectos, resulta casi nula si no es repetida sistemáticamente. Hay que aplicar repetición y ritmo, en una palabra, ¡disciplina! Ahora, un indisciplinado difícilmente conseguirá mantener un programa metódico para la repetición del error. Con todo, si lo hace, choca con otra red protectora.
Factor asociativo
Las técnicas deben ser dinamizadas unas por otras. Incluso una práctica poderosa, repetida sistemáticamente, aun así será moderada en sus resultados si no se asocia a otras técnicas.
No obstante, hecho una sola vez, ese potente procedimiento resultará inocuo. Será preciso repetirlo y repetirlo muchas veces hasta que se produzca un efecto acumulativo. Volvemos, entonces, al factor de protección anterior. Se origina, por lo tanto, un círculo-virtuoso en que un factor depende del otro, y recíprocamente. De esa forma, si el aprendiz de hechicero realiza un sádhana errado, que por acaso resulte extremadamente pernicioso, estará protegido todavía por un buen tiempo, pues la cosa sólo comenzará a volverse nociva poco a poco. Entonces, el imprudente tendrá oportunidad de interrumpir la práctica antes que se le derritan las neuronas.
Factor supervisión
En el Yôga Antiguo sólo está autorizado moralmente a enseñar quien tenga un Supervisor, o sea, un Maestro antiguo, experimentado, que acepte formalmente proporcionar su valiosa orientación al instructor más nuevo. Puede estar enseñando hace 30 años; aun así será más nuevo que su Maestro, que enseña hace 50. Sabe menos que él, y tiene mucho que aprender si no es petulante. Así, si el instructor tiene una duda, consultará al respectivo Supervisor; éste podrá consultar a su Maestro, y así sucesivamente, ¡hasta llegar al más antiguo y experimentado Preceptor vivo!