19/07/2025
Ser muy sensible no es fácil en un mundo que te pide que no lo seas.
Sentís todo. Mucho. A veces demasiado.
Te emocionás por cosas que para otros pasan desapercibidas.
Te duele lo injusto, lo que se dice con cierta frialdad, lo que no se dice también.
Yo sé lo que es vivir así. Porque también lo soy.
Soy una persona altamente sensible.
Y durante mucho tiempo pensé que algo en mí estaba “mal”.
Hasta que entendí que no era un problema: era mi forma de estar en el mundo.
Solo que necesitaba herramientas, sostén y espacio seguro para aprender a habitarme sin tanto ruido, sin tanta exigencia.
La Terapia me ayudó —y me ayuda— a eso.
A enraizarme cuando me siento desbordada.
A distinguir lo que es mío y lo que no.
A cuidar mi energía sin cerrarme.
Si sos muy sensible, quizás la terapia pueda ser ese lugar donde, por fin, podés ver esa sensibilidad con compasión y amorosidad, sin pedir disculpas, aceptarla, asumiendo que no es “demasiado”, creando herramientas para vincularte con ella, y bienvenirla.
Porque no se trata de dejar de sentir.
Se trata de aprender a vivir con eso tan valioso que sos.
Maga
🫀🦋
Este posteito lo escribí desde mi experiencia como psicoterapeuta, pero también como persona altamente sensible. Porque sé que muchas veces lo que más necesitamos es integrar la propia sensibilidad a nuestra vida, "amigarnos" con ella, aceptarla.
¿Te pasa también? Te leo😊
Si sentís que esto le puede hacer bien a alguien que querés, compartíselo♥️