
30/04/2025
Las dietas le arruinaron la vida a más de una.
Y no, no exagero.
Hace unos días, una mujer valiente me contó que su primera dieta fue a los 10 años.
A esa edad, en vez de disfrutar del recreo, se escondía para que nadie viera su merienda “súper saludable”, mientras sus amigas comían alfajores.
Aprendió que comer sano era sinónimo de aburrido.
Que tener hambre era normal.
Que el cuerpo había que controlarlo, no habitarlo.
Así empiezan muchas historias: con amor mal entendido, con miedo disfrazado de cuidado.
Y así crecemos creyendo que nuestro valor depende del número en la balanza, que la culpa es parte de comer, que si no podés controlar tus ganas… tenés que compensar.
Pero no.
La salud no debería doler.
Comer no debería dar vergüenza.
Y cuidarte no debería sentirse como un castigo.
Si esta historia te tocó una fibra… no estás sola.
Hay otra forma. Más amorosa, más libre, más tuya.
Y eso es lo que trabajamos en el Plan Despertar ❤️
Si sentís que también querés salir de ese loop…
Comentá “DESPERTAR” y charlamos.