
11/09/2025
Creo que mi trabajo interno más profundo ha sido en el plano vincular, exceptuando los vínculos de amistad que son los que siempre, más allá o más acá, sentí como espacios seguros, cómodos y blanditos, y no me han reflejado algunas cosas.
Por otro lado, las relaciones de otra índole (incluso -y sobre todo- las familiares) me requirieron una mirada hacia adentro constante. Me significaron un espejo gigante adelante mostrando múltiples cosillas a trabajar, y la imposibilidad de mirar para otro lado. Me mostraron una y otra vez lo mismo. Y cuando no mostraban lo mismo, una parte de mí esperaba que en algún momento si. Y no necesariamente de forma negativa. Pero si fiel al patrón, a lo conocido, a lo predecible.
Y todo ese trabajo (que sigue vigente hasta el fin de los tiempos, se estanca, se “supera”, se activa nuevamente según las circunstancias) me da algo valiosísimo:
la posibilidad de elegir distinto. Todos los días.
Identificar previamente. Decidir qué cosas llevo al vínculo y de qué forma, y qué cosas trabajo conmigo en mis espacios pensados para eso.
Comunicarme de forma asertiva implica no volcarle todos mis males a un otrx (pareja, madre, padre) porque sí, exigiéndoles un accionar que se adapte a mis pretensiones.
Implica exponer mis sentires y sensaciones entendiendo que no porque no los exprese desaparecen. Implica escuchar y sostener los del otrx porque también merece ese espacio.
Requiere conversaciones incómodas y ajustar las dinámicas.
Requiere entender que la confrontación no implica si o si una pelea, que si la hay, es parte de y no significa que automáticamente algo se está rompiendo.
Todo lo contrario.
Se rompe lo que no se observa, lo que no evoluciona, lo que no se charla, y lo que no se mira con amor para hacerlo crecer ❤️🩹