Durante los últimos 30 años esta instituto de atención a personas de la tercera edad a dedicado todos sus recursos para ayudar a un grupo de familias que a lo largo de todos estos años han tenido la necesidad de compartir por diferentes razones a sus abuelos o abuelas con nosotros. Algunas familias porque al tener todos sus miembros que trabajar ha visto como su familiar primero se aburrían por la soledad hasta llegar con el tiempo a no querer hablar con nadie. En otros casos por distintos tipos de enfermedades que aquejan a los abuelos y que minan no solo su salud sino la de la familia en general. Por otro lado, un buen número de personas mayores se han venido a vivir con nosotros simplemente por el deseo de no estar solos ya que a su edad física y mental que varía en muchos casos con cronológica (a veces una persona de 95 años está mucho más activa y clara que una de 65 años) ven en nosotros a un substituto de afectos que por distintas circunstancias ya no obtienen en sus hogares. Funcionamos pues como una casa de familia como cualquier otra en donde la única diferencia es que compartimos nuestras vidas y disfrutamos de un mayor número de abuelos y abuelas, teniendo igualmente como en cualquier casa días buenos y otros no tanto, pero siempre haciendo el mayor esfuerzo por obtener de todos y todas la mejor de las sonrisas. Aparte de nuestra compañía y afecto nos encargamos diariamente de la alimentación de todos los miembros de nuestro hogar compartiendo los mismos deliciosos platos caseros en cada una de las cuatro comidas que realizamos al día. Así, abuelos, abuelas, empleadas y propietarios compartimos los mismos alimentos. Además nos encargamos de la higiene no solo personal sino también de la ropa de vestir y de la lencería. Así como ofrecemos atención medica y paramédica.
