
25/12/2024
El nacimiento de Jesús trae un mensaje de bondad, paz y esperanza. En medio de un mundo de por sí complejo, la Navidad invita a pensar cómo puede nacer él dentro cada uno de nosotros.
Empezando por encender la luz interior para poder irradiar genuinamente a los demás. Ser el pesebre que acoge al Niño Jesús es abrir un espacio para recibirlo dentro de nosotros, es estar conscientes plenamente de nuestras imperfecciones y aun así querer dar lo mejor; querernos a nosotros mismos, aceptarnos, soltar rencores, aprender de las vivencias que hemos tenido, disfrutar de las cualidades que vamos desarrollando, alegrarnos con nuestros progresos, cuidar nuestro cuerpo y nuestra mente, pedir ayuda cuando la necesitamos, tener fe en que podemos seguir adelante… Es desde la calma interior que podemos ofrecer a los demás algo auténtico, la disposición a vincularnos desde el amor y no desde la necesidad, a escuchar, a reconocer al otro, a dialogar y fortalecer los nexos, a disfrutar de las relaciones sanas que enriquecen nuestra vida haciéndonos pensar lo valioso que es dar y recibir amor en cualquiera de sus formas. Y es también desde esa calma interior que sabremos afrontar las adversidades, tener serenidad para mantenernos en pie, aunque vengan ventarrones y a veces parezca que nos consumimos a oscuras. Estemos siempre atentos de encender esa luz interior y busquemos con quien contar si nos tambaleamos. Cuidando de nosotros mismos estaremos siendo pesebres que desde nuestra sencillez humana queremos irradiar un mensaje de amor, alegría y esperanza en nuestro mundo.
¡Feliz Navidad! 🎄✨🤗