28/08/2025
EL BUEN USO DE LA LITERATURA DE AA.
ES FUNDAMENTAL EN EL PROGRAMA : RECUPERACION ,UNIDAD Y SERVICIO .
Introducción
Desde sus inicios en 1935, Alcohólicos Anónimos ha transmitido un mensaje sencillo y profundo: es posible recuperarse del alcoholismo si se acepta la ayuda de un Poder Superior y se comparte la experiencia entre iguales. Sin embargo, ese mensaje no hubiera llegado tan lejos ni con tanta claridad si no se hubiera plasmado por escrito. La literatura de A.A. es más que un conjunto de libros, folletos y guías: es la voz colectiva de nuestra comunidad, el testimonio vivo de miles de experiencias y la guía práctica que nos orienta en la aplicación de los Doce Pasos, las Doce Tradiciones y los Doce Conceptos.
El buen uso de la literatura no es un detalle menor, sino un pilar fundamental para fortalecer los tres legados que constituyen nuestro programa: Recuperación, Unidad y Servicio. Este artículo busca reflexionar sobre la importancia de estudiar, difundir y respetar la literatura aprobada por la Conferencia de Servicios Generales de A.A., como medio para mantener la fidelidad del mensaje, la cohesión de la hermandad y la eficacia del servicio.
I. La Literatura como Herramienta de Recuperación
La recuperación comienza con un acto de honestidad: reconocer que somos impotentes ante el alcohol. Sin embargo, este despertar suele venir acompañado de confusión, miedo y desconocimiento.
1. Guía en el estudio de los Doce Pasos. Cada Paso implica una experiencia profunda que requiere ser comprendida y practicada. La literatura proporciona explicaciones, ejemplos y testimonios que ayudan al recién llegado a no sentirse solo en el proceso.
2. Inspiración para la vida diaria. Los folletos y libros breves permiten que el alcohólico tenga siempre a mano palabras de esperanza y orientación. Muchos compañeros han encontrado en una lectura a tiempo la fortaleza para evitar la primera copa.
3. Neutralidad y equilibrio. En un mundo lleno de opiniones y consejos personales, la literatura de A.A. ofrece un mensaje unificado, libre de interpretaciones particulares, que evita desviaciones peligrosas en la práctica del programa.
En suma, el buen uso de la literatura en la recuperación asegura que el mensaje sea recibido con claridad, sin añadiduras ni recortes, y mantiene encendida la luz de la experiencia compartida.
II. La Literatura como Vínculo de Unidad
La historia de A.A. demuestra que no basta con que los individuos se recuperen: es necesario que permanezcamos unidos como comunidad. La literatura cumple aquí una misión invaluable.
1. Un lenguaje común. Al leer los mismos textos, miembros de distintos países, culturas y generaciones comparten un mismo marco de referencia.
2. Defensa contra la confusión. En ocasiones surgen ideas personales que podrían fragmentar a la hermandad. El retorno a la literatura aprobada por la Conferencia ayuda a recordar qué es A.A. y qué no es, preservando así la unidad frente a tendencias externas o modas pasajeras.
3. Puente entre grupos y servicios. La literatura conecta a los grupos locales con la estructura mundial, recordando que formamos parte de un movimiento universal que trasciende fronteras.
Cuando usamos y compartimos la literatura con respeto, reforzamos la unidad de propósito que nos mantiene firmes frente a la enfermedad del alcoholismo, la cual nunca descansa.
III. La Literatura al Servicio de la Comunidad
El tercer legado, el Servicio, es el que permite que el mensaje llegue a otros. Aquí la literatura ocupa un lugar estratégico.
1. Instrumento de transmisión. Un folleto entregado en un hospital, una cárcel o un centro comunitario puede convertirse en la primera chispa de esperanza para un alcohólico que aún sufre.
2. Formación de servidores. Los manuales de servicio, las guías de trabajo de los comités y la literatura sobre las Tradiciones y Conceptos ayudan a que los miembros comprendan cómo llevar adelante la responsabilidad compartida de mantener viva la comunidad.
3. Fidelidad al mensaje. En el servicio, la tentación de improvisar o imponer opiniones personales puede ser grande. El uso constante de la literatura asegura que el mensaje sea transmitido con humildad y exactitud, tal como fue confiado a nosotros.
La literatura, entonces, no solo informa: capacita, corrige y fortalece a los servidores para que su labor sea eficaz y fiel al espíritu de A.A.
IV. Riesgos del Mal Uso o Descuido de la Literatura
No podemos dejar de señalar que el mal uso de la literatura acarrea riesgos reales para nuestra comunidad:
Interpretaciones personales como norma. Cuando se descuida la lectura, algunos tienden a imponer sus propias ideas como si fueran parte del programa.
Fragmentación. La falta de un marco común de referencia puede dividir a los grupos y generar conflictos innecesarios.
Pérdida del mensaje original. Si olvidamos los textos básicos, corremos el riesgo de diluir el mensaje que salvó millones de vidas.
Por ello, el compromiso de estudiar y difundir la literatura oficial no es un lujo, sino una necesidad vital para mantenernos firmes en el propósito de ayudar al alcohólico que aún sufre.
V. Invitación a un Uso Amoroso y Responsable
El buen uso de la literatura implica más que leer: significa estudiar, meditar y compartir en espíritu de servicio. Cada miembro puede contribuir de distintas maneras:
Participando en juntas de estudio de literatura.
Leyendo reflexiones diarias en las reuniones.
Distribuyendo folletos en instituciones.
Regalando un Libro a un recién llegado.
Consultando la literatura antes de opinar en asuntos de grupo.
Así, la literatura se convierte en un lazo vivo que une nuestras experiencias individuales con la sabiduría colectiva de la hermandad.
Conclusión
El programa de A.A. se sostiene en tres legados inseparables: Recuperación, Unidad y Servicio. La literatura es el hilo invisible que recorre los tres, ofreciendo luz al enfermo, cohesión a la comunidad y guía al servidor. Su buen uso es garantía de que el mensaje permanezca fiel, sin alteraciones ni pérdidas, de generación en generación.
La experiencia nos demuestra que donde se lee y se valora la literatura, los grupos crecen en madurez y estabilidad; donde se descuida, se debilitan y se confunden. Por eso, más que un simple recurso, la literatura es el corazón escrito de A.A.
Cada vez que abrimos un libro, compartimos un folleto o meditamos una frase, estamos honrando la herencia que nos fue entregada y asegurando que el mensaje siga vivo para los que vendrán después de nosotros.