06/03/2022
Educar en base a valores es fundamental para lograr una mentalidad inclusiva en los niños y niñas y esta enseñanza debe entregarse tanto en el colegio como en la familia, para formar niños (as) y jóvenes empáticos, solidarios, respetuosos de las diferencias individuales.
Aceptar nuestra sordera es más fácil cuando sabes que no tienes nada que perder. Que no eres juzgado, pues te aceptan, respetan y aman con tu sordera.
Gracias Camilo Castillo Jorquera por compartir tú testimonio de vida con hipoacusia.
Como profesor, enseñas a través del ejemplo, con la actividad cotidiana y exhorta a tus alumnos y alumnas, a ser, tolerantes y solidarios.
Pero además impulsas a los niños y niñas a ser Inclusivos, los haces ver cuáles son las características personales que nos hacen únicos.
Vivir con Hipoacusia: Un sueño que se puede hacer realidad.
Camilo Castillo Jorquera
¡Hola! Soy Camilo, tengo 32 años, Profesor y soy hipoacúsico. Sí leíste bien, una persona con pérdida auditiva, que ha estado inmerso en el mundo sonoro desde siempre.
Nací en Marzo del año 89, y lamentablemente por diferentes razones, mi mamá en el momento del parto tuvo una complicación. Este hecho, significó que a los 6 años, me diagnosticaran una pérdida auditiva progresiva, es decir, con el paso del tiempo iría en aumento.
Como niño, no entendía tantos conceptos y palabras que decían los adultos, y mi entorno y colegio, fueron lo más “normal” posible conmigo. Yo me dediqué a jugar, que era lo que mejor sabía hacer: ensuciarme con tierra, armar cosas, desordenar los cajones de ropa, entre otras travesuras. A los 7 años, posterior a una operación, usé mi primer audífono. Recuerdo ese día muy bien, por primera vez podía oír todo lo que estaba ocurriendo a mi alrededor y escuchar sonidos que eran completamente nuevos para mí. Y siento que mi cara de asombro y felicidad, fue lo que dio por pagada la emoción de mi familia.
Viví mi infancia y adolescencia de la mejor manera posible. Siempre cuidaba mi audífono, era mi accesorio y me hacía sentir importante, porque nadie más tenía algo como yo. Era único y eso me hacía sentir como con superpoderes.
Terminando mi enseñanza media, lo único que había soñado desde niño, era ser Profesor. Enseñar esa era mi vocación. Pero no cualquiera, quería ser Profesor de Educación General Básica.
En mi época universitaria, descubrí que una de mis pasiones era bailar. Mientras estudiaba pude tomar cursos pequeños y clases de baile. Logrando una de mis más grandes metas, participar de un espectáculo musical. Me asombré positivamente, como podía sentir la música de manera diferente, ya que me sacaba el audífono, para que no se dañara por el sudor o se me fuera a caer. Hice baile entretenido, como instructor, muchas veces. Y eso lograba animarme y mentalizarme que nada es imposible, si lo intentas.
En mis años de Profesor, los niños y las niñas, siempre me preguntan qué es lo que tengo ahí. Al principio decía, que era guardia de seguridad del colegio y por ahí me soplaban quiénes se portaban mal o no se comían la comida al almuerzo. Era una broma, al final les mostraba mi accesorio y les explicaba la importancia de conocerlo y de generar siempre un entorno inclusivo. Buscamos diferentes estrategias, porque si cuesta entender, en una sala con 45 niños y niñas, imagínense para un docente con hipoacusia.
Sin embargo, debo reconocer que nunca me sentí discriminado ni nada por el estilo. Nunca ha sido un complejo para mí, en mi vida personal y laboral, mi hipoacusia. Siento que es parte de mi. Que me ayuda a descubrirme. A desafiar muchos obstáculos y poder decir hoy en día que vivir con hipoacusia es un sueño que se puede hacer realidad.
* Sí desean compartir sus testimonios de vida con hipoacusia para ser publicados escriban a:
corporacionhipoacusia@gmail.com