27/09/2025
Reflexión personal de una persona asistente ayer a la Terapia Grupal Conjunta de final del mes de septiembre:
Terapia Grupal de final de mes, como siempre impartida por nuestra maestra de la mente, participativa y muy concurrida. Reconstruir una relación después de una adicción para Mejorar la Calidad de Vida es entrar en una casa arrasada por un incendio, donde todo lo que fue hogar se ha reducido a cenizas, la confianza está rota, las promesas incumplidas y los recuerdos manchados de dolor; no basta con pedir perdón ni con decir "he cambiado" porque las palabras pesan poco cuando el corazón de quienes te amaban está marcado por cicatrices que tú mismo provocaste. La adicción no destruye solo a quien la padece, arrasa también a los que se quedaron a tu lado, familias enteras llorando en silencio, hijos que aprendieron a temer la voz del padre o de la madre, parejas que se durmieron con el corazón en vilo esperando que esa noche no fuera la última, cada mentira, cada ausencia, cada estallido de ira se clava como un cuchillo y aunque tú dejes de beber, aunque digas "ya no soy esa persona", , esas heridas
siguen supurando mucho tiempo después. Reconstruir significa aceptar la verdad más dura: nunca volverá a ser igual, algunas miradas de desconfianza tardarán años en borrarse, habrá abrazos tibios donde antes había abrazos plenos, los "te quiero" llegarán con miedo, con reservas, porque nadie olvida noches de dolor infinito. El sufrimiento verdadero es saber que quizá nunca recuperes todo lo perdido, que algunas personas nunca volverán, que el daño fue demasiado profundo y aun así debes seguir, debes reconstruir no por orgullo ni para ser perdonado, sino porque se lo debes a quienes te aman y a ti mismo, demostrando con cada gesto, cada palabra, cada silencio, que ahora eres digno de confianza, aunque el camino sea largo, solitario y lleno de puertas cerradas. Reconstruir relaciones después de una adicción es aceptar que el amor que rompiste no volverá intacto, pero también es levantarlo de nuevo, ladrillo a ladrillo, lágrima a lágrima, con manos temblorosas pero sinceras, quizá más frágil, quizá más lento, pero auténtico, limpio y verdadero.
Y sin duda alguna, los testimonios que hoy escuchamos son sinceros, verdaderos y calan el alma de todos los presentes, saltan las emociones a flor de piel, cada palabra es un grito desde lo más profundo, un llanto que nadie puede contener, hoy lloramos juntos porque nadie permanece indiferente cuando se habla desde un corazón abierto, desde la herida que sangra y desde el deseo de volver a ser digno de los que aún creen en nosotros. Hoy no solo reconstruimos relaciones, hoy reconstruimos nuestra humanidad. ¡Si SE PUEDE! CLARO QUE SÍ.